Nos comparte Silvia Senz Bueno el siguiente artículo de Sabina Berman aparecido en Proceso el pasado 21 de septiembre. Y dice: "Interesante artículo sobre la batalla por el dominio del 'Territorio de la Mancha / de la Ñ' y la inoperancia del Fondo de Cultural Económica de México en esa lid. Plantea preguntas que deberían responderse desde México, y que son tal vez extensibles a otros países de Latinoamérica".
Silvia siempre envía materiales interesantes, muchos sobre las batallas por el control económico de nuestra lengua, que se han ido acumulando sin que pueda difudirlo todo. Pero ya iré colgando aquí parte de todos esos textos importantes. Saludos,
Lucrecia
El Fondo, dormido en sus laureles
Sabina Berman
11 de septiembre de 2014
Tomado de: http://www.proceso.com.mx/?p=382692
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Leo Zuckerman se preguntó si se
justifica la existencia de una editorial subsidiada como es el Fondo de
Cultura Económica. “No nos hagamos bolas”, escribió en poesía vernácula.
“El Fondo sirve (únicamente) a una élite cultural, académica e
intelectual”.
Airadas le llegaron las
respuestas de dos de nuestros escritores más aristocráticos. Empleo el
término “aristocrático” en el sentido en que lo hacía José Vasconcelos:
por virtud de la excelencia, incluidos en una minoría. Jesús Silva
Herzog Márquez le llamó liberal salvaje. Jorge Volpi le recordó que la
alta cultura siempre ha sido patrocinada y nuestras instituciones
culturales subsidiadas cifran la ventaja cultural que tenemos sobre el
resto de Latinoamérica.
Y sin embargo, me parece a mí que la pregunta de Leo se
sostiene. Sí, ¿por qué el Fondo no ha logrado, en medio siglo, llegar a
más lectores? ¿Por qué no llega a los millones de preparatorianos y
universitarios del país? ¿De verdad el defecto reside en esos lectores
posibles pero no reales, o es en el Fondo?
Que es lo mismo que preguntarse asuntos más particulares.
¿Por qué los últimos 24 años las colecciones de poesía y de dramaturgia
del Fondo no han crecido mientras que su cava de vinos sí, hasta ser
famosa entre los editores del idioma de la ñ?¿Por qué uno de nuestros
mayores antropólogos, cuyo nombre él no me agradecería que tecleara
aquí, puede publicar su último libro, de tema mexicano por cierto, en
una de las más exigentes editoriales universitarias de Estados Unidos,
pero en el Fondo se le pide que espere tres años para su publicación en
español?
¿Por qué los primeros años del Fondo fueron los de su
expansión territorial, de la multiplicación de sus librerías en el mundo
de la ñ, mientras en los últimos 24 años inaugurar una librería en
Bogotá y una en la colonia Condesa de la capital se proclama como una
hazaña?
Más preguntas concretas. ¿Cómo sucedió que España a
finales del siglo XX se adueñó de la difusión y la enseñanza del español
en el planeta, a través de su Instituto Cervantes, si era el Fondo el
que tenía la ventaja hasta un lustro antes?
¿Y cómo es que ahora, cuando una España en crisis
económica debe cerrar sus institutos Cervantes, el Fondo no avanza para
ocupar los vacíos? En el mismo sentido, ¿por qué es que ante el
encogimiento de las editoriales españolas, el Fondo no lidera la
avanzada de nuestras buenas editoriales nacionales?
Es decir, dicho en poesía vernácula, ¿cuándo se durmió el
Fondo en sus laureles? ¿Cuándo se acomodó en la seguridad del subsidio y
el deleite de su cava de vinos y se olvidó de crecer y de servir a más
que a una minoría autosatisfecha?
Leo se pregunta si se justifica la existencia de una
editorial subsidiada cuyos libros llegan a muy pocos. Digo que me parece
a mí que la pregunta es importante, aunque la respuesta que Leo da es,
sí, para citar a Silva Herzog, la de un liberal salvaje. (Perdón, amigo
Zuckerman, y con el aprecio intacto a tu afán de sacudir las
complacencias de las élites.)
Aun en términos económicos, es una respuesta poco útil.
¿Qué gana México con cerrar el Fondo? Nada, nada y nada. Salvo la
diferencia actual entre sus costos y sus ventas, 200 millones de pesos,
una partida minúscula en el contexto del presupuesto estatal. ¿Y qué
oportunidades gana el país si el Estado decide despertarlo y hacerlo
crecer?
Servir a muchos más, coleccionar a nuestros clásicos de
las últimas tres décadas, lo que no ha hecho, y expandir nuestro mercado
editorial a otras latitudes, ahora que ocurre el encogimiento de las
editoriales españolas.
Los espartanos cogían a sus hijos de los talones y los
hundían en el río helado. Si no morían de neumonía los dejaban vivir. Si
enfermaban, los atravesaban con una espada, para abreviar su agonía.
Por eso fueron atenienses y no espartanos Sócrates y Platón. Por eso los
espartanos fueron magníficos en el arte del asesinato, la guerra, pero
no en las artes de la cooperación y el bien vivir, las bellas artes y la
filosofía.
Somos ya espartanos en exceso. Cultivemos nuestras
instituciones atenienses.
Pongamos a un lado los laureles marchitos del
Fondo y despertémoslo. Para volver a lo vernáculo: esperemos del Fondo
otros laureles más verdes.
Nota tomada de: http://www.proceso.com.mx/?p=382692
"¿Cómo sucedió que España a finales del siglo XX se adueñó de la difusión y la enseñanza del español en el planeta, a través de su Instituto Cervantes"
ResponderBorrarYo también me había preguntado eso. ¿México no tiene organismos de difusión cultural internacional para enseñar español y difundir la riqueza de nuestro país? Algo así como ese o el Goethe de Alemania, el IFAL de Francia o el Istituto Italiano di Cultura... vaya, hasta el Camões de Portugal, aunque es chiquito, está presente