viernes, 20 de marzo de 2015

Con ustedes...(II)

Aquí la segunda entrega que nos hace Manuel Azgard sobre las Traducciones Asistidas por Computadora (TAC), esta vez con un recorrido inicial comparativo entre MemoQ y Trados. Estén pendientes porque pronto habrá más material, además de charlas y talleres, referente a estos controversiales softwares de traducción.




 Con ustedes... ¡MemoQ! (y otras herramientas)

por Manuel Azgard  
 
Hace un par de años, me topé con un cliente que requería utilizar una TAC en específico, misma que estaba conociendo sus primeros meses de vida en un lugar remoto en Europa del Este. Muy pocas personas y agencias utilizaban ese programa en aquellos días, pero me bastaron dos o tres interacciones con esta TAC para marcarla como una de mis preferidas. Hablo de MemoQ, un programa desarrollado por la empresa húngara Kilgray Translation Technologies, y a continuación expongo los motivos por los que se convirtió muy pronto en mi TAC preferida.

En primer lugar, Kilgray es una empresa que escucha y trabaja con lingüistas, de manera que sus productos está diseñados por traductores, para traductores. A diferencia de otros desarrolladores de herramientas TAC, donde son los programadores quienes parecen dictar las pautas para el desarrollo de los programas, Kilgray recurre primero a nosotros, los traductores. Nos escucha, capta cuáles son nuestras necesidades y se pone manos a la obra con base en ellas. En segundo lugar, la interfaz de su programa estrella, MemoQ, es bastante intuitiva y fácil de aprender. Todo está perfectamente organizado de manera que siempre encontrarás lo que necesitas. Esto la distingue enormemente de otras TAC quizá más reconocidas, pero que francamente, para muchos de nosotros resultan sumamente intrincadas, imprácticas y confusas. Y en tercer lugar, es una de las herramientas más accesibles comparando lo que cuesta contra lo que nos ofrece:
  • cada licencia que compras te permite acceso a la versión completa y permanente de MemoQ en más de una computadora de forma simultánea;
  • existen distintas ediciones, dependiendo de lo que necesitas: Translator Pro, Project Manager y MemoQ Server;
  • para Latinoamérica, el costo de cada edición de MemoQ tiene un descuento (basta con especificar que estás en México para aplicarlo al momento del pago);
  • y por si fuera poco, la versión gratuita de MemoQ permanece activa durante 45 días (son 15 más que el estándar habitual de 30) y al final de ese periodo, te preguntarán si quieres comprar la licencia para adquirir una versión completa, o si te conformas con la versión de prueba, que a partir del día 46 tendrá funciones mucho más limitadas. Por ejemplo, no te permitirá acceder a proyectos en línea a través del servidor de tus clientes, no te permitirá usar múltiples memorias de traducción, etc. Pero podrás seguir trabajando con proyectos sencillos.
A continuación, quisiera mostrarles algunas capturas de pantalla para que se vayan dando una idea de lo fácil que es usar este programa, en comparación con otros. En una tercera entrada de esta columna les compartiré un cuadro comparativo más completo.

MemoQ:

 1. Por supuesto, crear un nuevo proyecto. Pan comido. Notarán que a la izquierda se muestra una columna con noticias relevantes acerca de Kilgray, MemoQ y eventos en los que participarán. Esta columna se actualiza todos los días con las noticias más importantes del momento en el mundo de MemoQ. Aquí también verán todos los proyectos que ustedes, los usuarios, han creado en MemoQ, así como otros datos (que veremos en otras entradas). Por motivos de confidencialidad, aquí me veo obligado a ocultar los nombres de los proyectos.


2. Definir el nombre y los idiomas del proyecto (entre otras opciones):


3. ¿Qué documentos voy a traducir? Supongamos que no recuerdo dónde los tengo, aun no los he recibido, o por algún motivo, quiero saltarme este paso por ahora. Simplemente hagamos clic en “Next”.


4. Definir la memoria de traducción. Disculpen, por motivos de privacidad debo ocultar los nombres (porque se llaman como mis clientes).


5. Si quisiera, podría definir a continuación una base terminológica (TB), pero por ahora, ya terminé. Más tarde importaré los documentos, luego definiré una memoria y quizá no utilice una TB. Así que por ahora, haremos clic en “Finish”.

6. El proyecto está creado y activo. Cuando encuentre (o me manden los documentos) que no definí en el paso 3, simplemente podré arrastrarlos con el ratón a esta pantalla y listo, estaríamos listos para trabajar (aunque lo más recomendable sería definir también la memoria, si no lo hicimos en el paso 4... ya que esto resta propósito a un programa de traducción).


Conclusión: Como también notarán, el panel de la izquierda (donde antes estaban las noticias) es fácil de identificar y está claramente dividido. También notarán que abajo de la porción blanca de la pantalla, hay tres columnas de opciones con texto ya sea en azul (opciones habilitadas) o gris (inhabilitadas). Más adelante, en las charlas, talleres y “Q-toriales”, (de los que les informaremos oportunamente en este medio), hablaremos a fondo de estas opciones.

Ahora sigamos el mismo procedimiento con Trados Studio:

1. Por supuesto, crear un nuevo proyecto. ¿Pan comido? A la izquierda, igual que memoQ, Trados muestra algunas ayudas importantes. Se actualizan poco, pero bueno, eso no interfiere con nuestro trabajo. Adelante, hagamos un nuevo proyecto.


2. Definir el tipo del proyecto y la plantilla... ¿usaremos una nueva o una que ya tengamos? Si ya la tengo, ¿cómo sé que me sirve tal o cual? Normalmente, el cliente te definiría la plantilla que ocupe... a MemoQ no le importa si tienes tal o cual plantilla, le importa lo que necesitas. En fin, hagamos clic en “Default” y prosigamos.


3. Nombre del proyecto, ubicación, descripción, y otras opciones, incluidas fechas de entrega y nombre del cliente. Hasta aquí, todo bien. “Next”


4. Ahora elijamos el par de idiomas:


5. Agregar los archivos. Mmmm. No recuerdo dónde están, o no me los han enviado, o por alguna razón, quisiera saltarme este paso... 



6. Uppps... no me permite saltar pasos. Trados es “demasiado lógico”, muy poco flexible en algunos sentidos. Tiene una lógica y una secuencia tan “perfecta” que le resulta imposible saltarse un paso y completarlo después.


7. De acuerdo, definamos ahora mismo el archivo. Vayamos a “Add Files” y busquemos el documento. Luego, damos clic en “Next”:



8. Ahora toca definir la memoria de traducción. Además de otras opciones para cada memoria:


9. En este momento, ya le podemos dar “Finish”. O bien, podemos continuar a lo largo de otras 5 pantallas de opciones que verdaderamente, requieren de muchísima experiencia en tecnología informática (IT) para comprender bien.

10. Si elegimos el camino rápido y dimos “Finish” en el punto anterior, tendríamos que llegar a la interfaz del proyecto, ¿no? Pues no. Recuerden, Trados es demasiado lógico y no omite ningún paso, por evidente que sea. Así que, regresamos a la pantalla inicial:



11. De acuerdo. Vayamos a “Projects” (abajo a la izquierda). Aquí hay que hacer doble clic en el nombre del proyecto. Por suerte, los ordena por fecha, así que debería ser el más reciente:

|

12. Ahora, ya que hicimos doble clic en el proyecto, solo tenemos que ir a “Files” (abajo a la izquierda, debajo de “Projects”). Ahí tenemos que hacer doble clic en el archivo: 




13. Ya que hacemos doble clic en el archivo, podemos comenzar a trabajar...

Conclusión: Como habrán notado, en el paso 6 ya estábamos listos para trabajar en memoQ, o al menos casi listos, si no habíamos definido los documentos y memoria al inicio (aunque arrastrar y soltar es sumamente rápido, y crear una memoria también. Ya lo veremos en los “Q-toriales”, charlas, etc.).

A mi modo de ver, dadas las numerosísimas opciones que ofrece Trados al inicio de un proyecto, es ideal para gerentes de proyecto que conocen a fondo el programa y que tienen una amplia experiencia en IT. Sin embargo, para usuarios “comunes y corrientes”, como la gran mayoría de nosotros, resulta verdaderamente intrincado, nada intuitivo y demanda muchas, muchas horas de capacitación, ensayo y error, contacto en los foros de soporte, etc.


Por el contrario, programas como MemoQ y MemSource (que también estudiaremos en esta columna cuando el tiempo lo permita) son sumamente fáciles de entender y usar desde las primeras horas. En el caso de MemoQ, como les compartía en la primera entrada de esta columna, me tomó apenas un par de días conocer las funciones esenciales para comenzar a trabajar, y cuestión de un par de semanas conocerlo más fondo. Además, el soporte que ofrecen a través de su sitio Web y los correos de contacto (e incluso en los foros de Yahoo y hasta vía twitter), te permite tener la confianza de que estás tratando con personas que se interesan por tus inquietudes y necesidades más apremiantes.

Los invito a que comiencen a explorar el sitio de MemoQ para familiarizarse con el programa y, en general, con la empresa que lo desarrolla. Su sitio es: https://www.memoq.com/.  

Quizá algún día sean comentarios suyos los que aparezcan en foros como estos:





Ver aquí ficha curricular de Manuel Azgard.

Nota: las imágenes, logotipos, textos y todo el material gráfico que se muestra en esta entrada, así como los derechos de propiedad intelectual y de otros tipos vinculados a los mismos, son propiedad de sus respectivos creadores, desarrolladores y/o comercializadores. El autor únicamente los utiliza con fines ilustrativos y/o informativos.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario