lunes, 19 de agosto de 2013

Matías Piñeiro y la traducción intersemiótica

Hola, buen día colegas,

Continuando con la temática de la entrada anterior, en lo referente a la relación entre el séptimo arte y la traducción, aquí debajo un interesante artículo, que encaja, perfectamente, en el campo de la denominada traducción intersemiótica. Disfruten. 

Saludos Cordiales, 
Jorge Pérez Arteaga



Trabajos de traducción

El cineasta Matías Piñeiro, que se reveló como uno de los más brillantes de la nueva camada, construye su filmografía en torno de las figuras de Shakespeare y Sarmiento.


Abril de 2005. Matías Piñeiro, a punto de terminar su carrera en la Universidad del Cine, cursar Literatura Argentina del siglo XIX, en la Facultad de Filosofía y Letras. Escucha poco y escribe mucho: apuntes sobre Campaña del Ejército Grande , de D. F. Sarmiento. Es en ese aula donde imagina su primera película, El hombre robado . Camina por Belgrano, frecuenta el museo de Sarmiento y también el Jardín Botánico. En El hombre robado , una chica que trabaja en el museo de Sarmiento lee Campaña del Ejército Grande y lucha por encontrar el amor.
Abril de 2010. Piñeiro estrena su tercera película, Rosalinda . En un lisérgico paisaje del Tigre, un grupo de jóvenes ensaya una obra de Shakespeare en medio de enredos y deseo. La película destapa amores y odios. ¿No era un tanto esnob, no decir aburrido, usar a Sarmiento, y ahora aparecen personajes recitando una obra de Shakespeare?, se preguntaban algunos.
Agosto 2013. Se estrena Viola , su cuarta película, en la Sala Lugones. La historia de amor de dos chicas que actúan en una obra de Shakespeare se mezcla con la de una repartidora de dvds a domicilio.
Viola , proyectada en abril en el Bafici y aclamada por la crítica en diferentes festivales hoy es considerada una de las mejores películas del cine actual.
En sus dos primeras películas aparecen textos de Sarmiento. En la tercera y la cuarta, trabaja con Shakespeare… ¿ Sarmiento quedó atrás?
Para nada. Mi próxima película será una más de la serie que yo llamo “Shakespeareadas”, que son películas basadas en obras de Shakespeare, pero ésta tendrá como protagonista a Sarmiento. Estoy trabajando con una beca en la Universidad de Nueva York y esto me permitió investigar. Comprobé que sí, Sarmiento leyó mucho a Shakespeare. La idea es mostrar a Sarmiento en el Tigre, después de Caseros, traduciendo una obra de Shakespeare y esperando que los acontecimientos de la nueva Buenos Aires tiendan hacia él.
Sus películas no son una historia que usted invente desde cero, sino que mezcla obras literarias, historia, comedias... ¿Cómo es el proceso?
Soy muy malo para la escritura. La forma en que trabajo es ir juntando cosas y después armar algo. No hay números de escena, porque después las combino. Son como móviles. Pienso la ficción como un juego de combinatorias. La trama sí es mi idea y lo que tengo que pensar es cómo meter el texto de Shakespeare en una historia que ocurre en Buenos Aires o en el Tigre. Tengo que apropiarme de ese lenguaje de Shakespeare y traerlo a la actualidad. Es un trabajo de traducción.
Para algunos podría ser un tanto esnob, que trabaje con textos de hace siglos que mucha gente no conoce… Y en otros países tampoco conocen a Sarmiento. ¿Le preguntan sobre eso?
Nadie se da cuenta. Y no lo considero esnob. No me gusta pensar que una película tiene un tema. Trabajo con materiales, libros, actores, lugares. Y no estoy pensando si al público le gustará o lo entenderá.
En sus películas siempre hay chicas tramando, intrigando para conseguir lo que quieren.
En Todos mienten (2009) hay mucha intriga. Creo que la intriga forma parte de la historia de nuestro país. Pero no me importa que el protagonista sea mujer u hombre, me importa el deseo en abstracto. Me gustan los juegos de seducción, que los personajes asuman los destinos de la ficción que los atraviesa. Por otro lado, cuando empecé a leer a Shakespeare me enganché por completo y leí todas las comedias. Y en ellas hay mujeres: Beatriz, Isabela, Rosalinda. Al ver esta sucesión tuve ganas de hacer varias películas.
¿Todas basadas en obras de Shakespeare? ¿Cuántas?
No sé. La próxima que haga será sobre la princesa de Francia. También quiero hacer una sobre Imogen de Simelino y sobre Isabela. Esta serie en realidad se basa en una novela de Gérard de Nerval, escritor francés del siglo XIX. El tiene una obra que son ocho o nueve cuentos y una novelita y cada uno lleva el nombre de la protagonista: Isis, Angélica, Aurora… Y, todas juntas, forman Las hijas del fuego .
En Viola se repite exactamente una escena de una obra de teatro que hizo hace dos años en el Centro Cultural Rojas. ¿En ese momento ya estaba trabajando en Viola?
No, justamente Viola nació de esa experiencia de hacer teatro. El Rojas me invitó, y yo armé una obra que era un pastiche de 35 minutos con cinco comedias de Shakespeare. Se llamaba Y cuando no te quiera, será de nuevo el caos . Fueron momentos de mucha energía y al mismo tiempo estaba lo fugaz de la obra de teatro. Quedó un material buenísimo y quería capturarlo. Además, esa es la forma en que se van armando mis películas, un poco aleatoriamente. Rosalinda , fue financiada por el Festival Jenjou de Corea, en 2010. Obviamente que me gustaría tener más presupuesto, pero también esa manera de trabajar me permite encontrar cosas por azar, ir armando un grupo de personas. Así es el cine que hacemos, y lo disfrutamos muchísimo.
En Viola hay primeros planos muy fuertes, y también esos desplazamientos de la cámara que ya son su marca registrada.
Ese trabajo con Fernando Lockett es un capítulo aparte. Tengo total confianza con él y a su vez él conoce a los actores, trabajamos con soltura. En Todos mienten los travellings son centrales. Me gusta trabajar con la continuidad espacio temporal. Hacemos paneos, filmamos la cámara en posiciones diferentes y después las montamos. Por momentos no queda perfecto, pero a mí me encanta. Es plástico, fresco. También tiene que ver con la forma en que trabajan los actores. Ocupan el espacio de tal manera que obligan a la cámara a seguirlos.
Al principio la crítica encontró en sus películas influencias de Godard, Rohmer, Truffaut, Garrel… Usted mismo habló también de Renoir. ¿Cómo se siente respecto a eso ahora?
Justamente en la Sala Lugones, junto con el estreno de Viola me invitaron a seleccionar mis ocho películas favoritas y la respuesta puede estar un poco ahí. Hay mucho de cine francés: Rivette y Renoir, Rohmer, Bergman, que al fin y al cabo son clásicos que estarán siempre. Me sigue gustando, por ejemplo, en las películas de John Ford cómo muestra la historia de los Estados Unidos… Creo que uno va usando todo y al usarlo lo vas lavando. Al final lo que queda es una forma nueva. Eso es lo que más me gusta, reutilizar.
¿Piensa seguir trabajando con los mismos actores en sus nuevos proyectos?
Seguro. María Villar, Romina Paula, Agustina Muñoz y muchos más. No me imagino haciendo algo donde no estén. Aunque claro, para hacerlo a Sarmiento necesitaríamos alguien más maduro. Igual, vamos creciendo ¿no? ¡Ya no somos tan jóvenes! Con ellos se da algo que tiene que ver con mi frase favorita de Sarmiento es “Las cosas hay que hacerlas, aunque sea mal, pero hacerlas”. A la distancia, despacio, pero sin pausa, lo hacemos. 

    Por INES ACEVEDO

    FICHA 
    Viola (2012) y Rosalinda (2010), por Matías Piñeiro
    Lugares: Sala Leopoldo Lugones (Av. Corrientes 1530).
    Malba (Figueroa Alcorta 3415)
    Dias y horarios: www.malba.org.ar y WWW.complejoteatral.gob.ar

    No hay comentarios.:

    Publicar un comentario