domingo, 9 de septiembre de 2012

Diccionario de partículas discursivas del español






Un proyecto interesante y útil elaborado por un equipo enorme de gente coordinada por Antonio Briz desde la Universidad de Valencia.
La dirección del Diccionario:

http://www.dpde.es/

Para entender por qué el eje de este diccionario son las "partículas discursivas", acá un fragmento de su Presentación (para las notas y referencias, entrar a la página del Diccionario):


[...] El término elegido para nombrar el conjunto de formas recogido en el DPDE es el de partícula discursiva. Se trata de elementos lingüísticos que guían la interpretación del discurso; con palabras utilizadas en enfoques actuales, tienen un carácter más procedimental que conceptual. Todas las formas recogidas comparten las siguientes características:
a) mediante su empleo —afirmaciones como las que siguen son frecuentes en los estudios especializados— «el hablante justifica la conclusión, su opinión», «cambia el tema de conversación o lo redirige», «el hablante llama la atención sobre algo o realza algo», «expresa un falso acuerdo», «controla el contacto o interpela», «señala que su turno continúa», «marca el inicio del diálogo o lo cierra», etc., y todo ello ante un oyente o lector. Luego, el valor de la partícula discursiva está ligado a la interacción; de otro modo, la «marcación del discurso» por parte de estas partículas consiste básicamente en cuatro funciones (ver Briz, 1998; Portolés, 1998, y Pons, 1998 y 2000):
— la conexión, argumentativa (valgan como ejemplos prototípicos además, encima), reformuladora (por cierto, es decir) o estructuradora (por una parte... por otra parte). Esta función supone una relación entre dos miembros discursivos, uno expreso y otro expreso o sobreentendido.
— la modalización, que supone normalmente una intensificación o atenuación de lo que se dice en un miembro del discurso y desde el punto de vista del hablante (¡ojo!, eso sí, tía, bueno).
— la focalización, que destaca un elemento expreso —el foco— frente a una alternativa expresa o sobreentendida. Las partículas focales pueden tener un significado escalar (incluso, hasta, ni siquiera) o no tenerlo (también, tampoco).
— el control del contacto, que se centra en la relación entre hablante y oyente (sea el caso de mira, ¿eh?).
b) su función va más allá de la gramática; por tanto, no se corresponden con ninguna de las categorías gramaticales establecidas;
c) son el resultado de un proceso de gramaticalización; gramaticalmente hablando, antes fueron otra cosa.
Hasta fechas muy recientes se ha prestado escasa atención al tratamiento lexicográfico de estas partículas. Por fortuna, además del que aquí se presenta, son varios los proyectos de investigación que actualmente dedican sus esfuerzos a la elaboración de diccionarios de conectores, marcadores, modalizadores, sin olvidar la reciente publicación del Diccionario de partículas, del profesor Luis Santos.
Este grupo de palabras se ha caracterizado, desde el punto de vista lexicográfico, por poseer significado gramatical, frente al significado léxico de las palabras plenas. Puesto que estas últimas constituyen el grueso de las unidades de una lengua, no es de extrañar que hayan sido el centro de la actividad lexicográfica; por el contrario, las partículas, sin embargo, además, encima, o sea, al menos, bueno, claro, mira, ¡hombre!, etc. han recibido en los diccionarios, por la difícil aplicabilidad de las reglas válidas para otras categorías, una definición residual, caracterizada principalmente por la enumeración de sinónimos, no siempre coincidentes con el significado de la unidad que se pretende definir: no obstante: sin embargo (Diccionario de español actual, de Seco y otros); así pues: en consecuencia, por lo cual (Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española); entonces: equivale a «en ese caso» (Diccionario de uso del español, de María Moliner).
A lo sumo, por tanto, tales definiciones pueden servir para orientar al lector en la comprensión de un texto, pero en ningún caso ayudan a predecir su uso, ni a distinguir las diferencias entre su significado y el de otras partículas cercanas o semejantes. Además, muchas partículas, si aparecen, lo hacen en subentradas.
En otras lenguas existen reflexiones sobre este tema, ya sea como caracterización programática (Iordanskaja, 1993), ya como descripción particular (Iordanskaja y Mel’cuk, 1995). Destacables son algunos proyectos lexicográficos, como el diccionario español-francés-portugués de partículas, coordinado por Anne-Marie Spanoghe (1996) o el ya concluido Dictionnaire explicatif et combinatoire du français contemporain, de Mel’cuk et al. (1999), que, a pesar de su carácter general, ha prestado una atención especial al tratamiento de las conjunciones. Sin olvidar que todo proyecto de este tipo sigue teniendo como modelo el Wörterbuch der deutscher Partikeln, de Helbig (1992).
En las últimas décadas la investigación lingüística ha prestado especial atención al estudio de la relación entre la lengua y su uso. Y, por ello, las partículas discursivas se han convertido, en un objeto de estudio preferente en las más diversas lenguas. Las descripciones, sin embargo, no cubren el conjunto de las partículas discursivas del español, se realizan desde enfoques diferentes y son accesibles tan sólo a lectores especializados. Por otra parte, las informaciones que se encuentran en las gramáticas, como sucede en la Gramática descriptiva de la lengua española (1999), editada por I. Bosque y V. Demonte, están dirigidas a estudiosos del idioma más que a un público general interesado por el español, además de hallarse diseminadas en distintas partes de la obra, por lo que la consulta es, cuando menos, costosa.
Así las cosas, nuestro objetivo fue la redacción de un Diccionario de partículas discursivas del español (DPDE) que resolviera algunas de estas carencias. En su confección se han aplicado a la descripción lexicográfica los avances obtenidos en la investigación pragmática y el análisis del discurso, procurando evitar las deficiencias clásicas en la definición de este tipo de entradas (circularidad en la definición, falsos sinónimos, etc.) y ampliando a la vez el catálogo de informaciones sobre su uso (véanse más adelante los distintos campos: «prosodia y puntuación», «registro», «posición», etc.), que aparecen de manera sistemática y no de modo aislado, como hasta ahora.
En esta tarea hemos tenido varias circunstancias favorables: los numerosos trabajos y monografías sobre partículas publicados en los últimos años nos han ayudado a comprender los principios que rigen su funcionamiento, el desarrollo de grandes corpus de referencia ha permitido el fácil acceso a los datos y, asimismo, los avances informáticos nos han dotado de medios que han facilitado la exposición de los resultados. Para beneficiarnos de esta última circunstancia, el DPDE se presenta inicialmente en formato electrónico, aunque más tarde tendrá una edición impresa.
Deseamos que el DPDE sea útil tanto a los hablantes nativos que quieren perfeccionar el dominio de su idioma, como a los traductores, a los profesores y estudiantes de español como lengua extranjera, que hallan en estas unidades una de las principales dificultades en su aprendizaje.
No olvidemos que el dominio del uso de estos marcadores es fundamental para el desarrollo de la competencia discursiva, es decir, para la organización del discurso, y de la competencia pragmática, en tanto que el marcador forma parte de un conjunto de estrategias interaccionales. De hecho, instruyen sobre la actividad argumentativa y la interpretación de los enunciados, ayudan a formular y reformular los enunciados, ordenan otra veces la materia discursiva y, en fin, controlan con frecuencia el contacto.
[...]


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