viernes, 29 de agosto de 2014
¡Enhorabuena!
Colegas:
Nos comparte Radina Dimitrova la feliz noticia de que su traducción del relato "Li, el inmortal desterrado, inspirado por el vino, compone la misiva que hace temblar a los bárbaros" de Feng Menglong ganó el tercer lugar en el Concurso Literario Internacional David Mejía Velilla, convocado por la Universidad de La Sabana de Bogotá.
Nos dice también Radina que en cuanto aparezca publicado el relato, que es muy divertido, nos avisa para que también lo podamos difundir aquí. Seguramente recuerdan que en junio pasado, Radina nos compartió sus traducciones de cuatro cuentos de Pu Songling: "Jiaona" (en este enlace) y otros tres cuentos (en este enlace).
La convocatoria del concurso David Mejía Velilla la subimos aquí en un par de ocasiones. De este concurso me llamó mucho la atención que participaran juntas las traducciones de todo género con las obras "originales" de todo género. Pueden ver la convocatoria en este enlace. Si se vuelve a lanzar el concurso, sin duda nos lo hará saber Marcela Vergara, del comité organizador.
Aparece aquí abajo el acta del jurado, en la que se mencionan los tres primeros lugares y las menciones especiales, entre las que figuran otras dos traducciones, una para el colombiano Hirlán Marcel Valencia por su versión de Orquídeas anarquistas y la otra para la colombiana Marta Pulido por su versión de El caso del Sr. Crump.
Enhorabuena a todos los participantes y ganadores, y saludos a todos,
Lucrecia
La foto del principio es de los niños de Educación Inicial del Colegio Manuel Pardo de Lima, cuando ganaron el concurso de natación. Está tomada de este enlace: http://cmpardo.edu.pe/web/premiacion-a-los-ninos-de-inicial/
jueves, 28 de agosto de 2014
Sesión sobre derechos de autor con Mauricio Barrera Paz
Colegas:
Como muchos de ustedes saben, dentro del taller "Cómo proponer un proyecto de traducción" solemos tener una sesión sobre derechos de autor con el abogado Mauricio Barrera Paz.
En esta ocasión, decidimos abrir la sesión sobre derechos de autor, para aprovechar la presencia de Mauricio y que un tema tan importante se haga del conocimiento de más colegas. Ya a algunos les había estado avisando que asistieran, pero ahora se fueron sumando iniciativas, de modo que el evento hasta tiene cartel, como pueden ver arriba, y pues merece que lo colguemos aquí en el blog.
La sesión va a versar sobre la Ley Federal del Derecho de Autor, que pueden consultar en cualquiera de estos enlaces:
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor)
http://www.indautor.gob.mx/La cita es ya mañana, viernes 29 de agosto a las 16:00 en un centrito cultural que algunos de ustedes ya conocen, llamado Bélgica 204, que se ubica, como su nombre lo indica, en la calle de Bélgica, número 204, interior 5 (tocar fuerte el timbre), casi esquina con Necaxa, a cuatro cuadras del metro Portales hacia el poniente, teléfono 65 83 71 91.
Muy importante: como el espacio de Bélgica 204 es pequeñito, les pido por favor que en caso de querer asistir, escriban a la dirección circulodetraductores@gmail.com, para que elaboremos una lista de asistentes y no rebasemos la capacidad del lugar, y así la sesión pueda fluir con tranquilidad y provecho para todos. O bien, llamen en el transcurso del viernes al teléfono 65 83 71 91, que es el de Bélgica 204.
Saludos y ojalá se animen a acompañarnos,
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miércoles, 27 de agosto de 2014
"A vueltas con el traductor literario: una reflexión sobre sus competencias", por Yolanda Morató
Colegas:
Retomo del blog del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires este artículo de Yolanda Morató, que Jorge retoma a su vez de La linterna del traductor (la revista de Asetrad) con el título "Transformar un encargo en proposición activa". Sirva la ocasión para recomendar nuevamente ambos sitios, siempre llenos de material nuevo e interesante. Saludos,
Lucrecia
Tomado de: http://clubdetraductoresliterariosdebaires.blogspot.mx/2014/08/transformar-un-encargo-en-proposicion.html
y de: http://www.lalinternadeltraductor.org/n4/traductor-literario.html
En la lengua inglesa la palabra agency tiene un doble significado. Por una parte, hace referencia a la consabida acepción que designa, como el término en español, una oficina, despacho o sucursal de una empresa en la que se gestionan asuntos del interés de unos determinados clientes. En una acepción formal del término, el inglés reconoce que hacer algo «by/through the agency of», de manera literal, por medio de la agencia de alguien o de algo, implica la intervención de una persona o cosa —el agente propiamente dicho— que tiene capacidad de obrar y causar efecto en el resultado. Dicho esto, la expresión inglesa bien puede aplicarse a la labor que desarrollan algunos traductores literarios cuando quieren introducir, y por tanto publicar, cierta obra de un autor en un país en el que se hable la lengua hacia la que traducen.
Esta agencia1 del traductor literario ha tenido lugar a lo largo de los siglos, cuando la figura del editor no estaba tan perfilada como en nuestros tiempos o simplemente no contaba con más competencias que las de sufragar y organizar la publicación en sí. Existen, por supuesto, casos singulares, como la edición de los poemas de Garcilaso de la Vega realizada en 1580 por Fernando de Herrera, que constituye una edición crítica y filológica —con determinados desaciertos—, o la diferencia general entre las competencias del editor anglosajón y las de nuestros editores españoles, entre los que también podríamos señalar notables excepciones que no son pertinentes aquí.
¿Por qué no traducía como Viriato y González-Blanco y tantos otros? Ahí tenía a Rafael Urbano y a Luis Terán, que se ganaban de ese modo la vida y además se hacían un nombre. ¡hasta Unamuno traducía para la España moderna!...
Bien es cierto que en el campo de la traducción literaria —al que por alguna razón muchos siguen llamando «no especializada» a pesar de que el lenguaje de la ficción es siempre, por fuerza, artificial y por tanto de lo más especializado— conviven aún varios clichés promovidos por el sector más conservador, o quizás sería más correcto decir por el más ajeno a la práctica de la traducción de textos literarios. El traductor de poesía debe ser poeta es de los peores estereotipos que se siguen propagando como un virus invisible. Me imagino a un poeta al que se le resistan los sonetos, o a otro a quien no le salga un endecasílabo que no resulte artificioso. Sería como poner a un saltador de trampolín a hacer saltos de obstáculos. Porque son todos saltos, ¿no es así? Igual de absurdas resultan esas afirmaciones que definen a la poesía como un todo o, aún peor, a la Literatura como un compartimento estanco.
Acabar con la imagen del traductor como el otro
Tradicionalmente hemos trazado una línea divisoria entre el original y su reproducción o, en términos foucaultianos, entre lo mismo y lo extraño. El traductor se convierte así, desde la óptica propia del poder, en el traidor del original, aquel que, en palabras de Cansinos Assens, «vierte al propio idioma los pensamientos ajenos». Como contrapartida, la Ley de Propiedad Intelectual (lpi) y sus posteriores refundiciones han garantizado un papel cada vez mayor en nuestro país a la figura del traductor, que ya es, desde hace décadas, autor. No obstante, al papel del traductor como lector —noción fundamental en los escritos de Gadamer— y de autor, hay que añadirle un creciente protagonismo de su función como agente.
La situación histórico-política de nuestro país posibilita ahora, además, que los traductores de estos últimos treinta años se conviertan en redescubridores de textos e imágenes culturales: por un lado, actualizan la labor que otros traductores llevaron a cabo hace más de medio siglo; por otro, rescatan fragmentos —que en ocasiones alcanzan páginas y páginas— que fueron suprimidos por las prácticas políticas de la censura y el empleo de la moral como excusa para eliminarlos. Mediante estas operaciones de rescate, los traductores no solo ponen a nuestra disposición nuevos textos o textos actualizados, sino que permiten reflexionar sobre antiguos conflictos existentes entre prácticas estéticas y políticas. El Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares atesora una cantidad ingente de material (los expedientes de censura literaria no tienen desperdicio) que permite reconstruir un mapa negado a la cultura de aquellos años. La traducción se convierte, por tanto, en la mayor posibilidad de acción y recuperación. Por eso, tanto los críticos literarios como los lectores deben exigir una actualización de las traducciones. No es fácil —las situaciones ideales siempre encierran tintes de utopía—, pero el traductor debe ir despojándose de la imagen de traidor, del otro, en definitiva, del culpable. Que existen malas traducciones en el mercado es una excusa muy gastada: también hay malas operaciones y malas construcciones, y nadie culpa a la Medicina y a la Arquitectura de traicionar sistemáticamente al ser humano. Tampoco debe olvidarse que una traducción que suene rara no es solo culpa del traductor sino también del revisor y, sobre todo, del editor. Si nadie compra hoy un coche con carrocería del siglo xxi y motor del xix. ¿Por qué sigue sucediendo con los libros?
¿Por dónde empezar?
En numerosos seminarios dedicados al gremio, los traductores intercambiamos información sobre cómo empezamos en nuestra profesión: algunos, por accidente, traduciendo algunos poemas en casa; otros, por insatisfacción, intentando mejorar algo que al leerlo no nos complació demasiado. Hay profesores, egresados de distintas Filologías, traductores con titulación pero con pocas horas de práctica literaria —al menos, si se comparan con el resto de las asignaturas en la carrera—, filósofos y gente que simplemente se puso manos a la obra, porque en la familia se hablaba la lengua de partida, o porque necesitaba ganar unas monedas.
No es de extrañar, por tanto, que muchos estudiantes —y algunos traductores afortunados— se muestren hoy sorprendidos ante la agencia del traductor literario que quiere hacer valer sus competencias sin mediación de la agencia tradicional. Si en muchos casos el escritor se ha puesto en contacto directo con el editor, ¿por qué no habría de hacerlo el traductor, si además es, por ley, también autor? No son pocos los estudiantes de las titulaciones de Traducción e Interpretación de nuestro país que se quedan estupefactos cuando, al contarles que deben contactar con los editores, ser ellos quienes den el primer paso, no comprenden una realidad que en el sector se llama, con cortesía, envíos no solicitados.
Las razones que justifican la ruptura de esta barrera invisible son muy claras y responden a lo que denomino la paradoja del sindicato soviético: para que te dieran trabajo tenías que estar afiliado al sindicato pero no te podías afiliar si no tenías trabajo; en otras palabras: es difícil encargarle una traducción literaria a alguien que no tiene nada publicado, pero es difícil publicar algo si no se está ya iniciado en este mundo.
Otra de las sorpresas en torno a la traducción literaria es el lugar que ocupa en los planes de estudio. En un artículo sobre las expectativas del cuerpo estudiantil, Arrés y Calvo observan que «los estudiantes de Traducción e Interpretación consideran, casi en exclusiva, el perfil literario o audiovisual (por afinidad con sus intereses o porque se trata de un perfil con mayor reconocimiento social)» dado que son perfiles profesionales «gancho» que se anuncian en las páginas web de las universidades españolas3. Si se analiza la estructura de las titulaciones españolas, se comprueba que, con la formación adquirida durante los años de licenciatura o grado, resulta improbable que los estudiantes obtengan la formación necesaria para ser traductores de obras literarias. Una gran mayoría de estos estudiantes afirman, además, que tienen una visión negativa o muy negativa del mercado de la traducción literaria, debida, principalmente, a lo que interpretan como un difícil acceso al mercado laboral y la escasa remuneración económica que esta labor conlleva si se compara con otras especialidades4.
El significado del no y qué no hacer
Los traductores literarios se encuentran hoy ante una doble realidad: por una parte, debido a la crisis, se han retirado gran parte de las subvenciones a las editoriales que servían, en palabras de editor, para «sufragar» las traducciones; por otro, el abaratamiento de costes de producción ha hecho que surjan nuevas editoriales, empresas pequeñas que no por ello descuidan la calidad, el trato al traductor y los resultados que se observan en las grandes firmas. Prueba de ello es que el Premio Nacional de Edición de 2008 se le otorgó al grupo Contexto, constituido por siete pequeñas editoriales entre las que están Libros del Asteroide, Global Rhythm e Impedimenta. Este tipo de sellos representan una nueva oportunidad para el traductor literario que no tiene acceso a las grandes editoriales, pero que cuenta con proyectos de traducción que pueden resultarles interesantes a los sellos independientes.
En los últimos meses han surgido diversos debates en torno a la aparición de un importante número de pequeñas editoriales. La agente literaria Carmen Balcells sembró algo de polémica cuando las comparó con las setas: «Ahora es la temporada. Brotan miles de ellas alegremente, por todos lados. Ahora hay que ver cuáles de ellas son transgénicas y cuáles no». A este comentario tan citado añadió Ignacio Echevarría su símil, por el que los pequeños sellos «vienen a ocuparse de la casquería de la industria», por más que se definan como lugares exquisitos; aunque también destacó Echevarría la habilidad de las microeditoriales para convertirse en «radares de lo que está por venir. posibilitando pequeños circuitos que se ajustan a la configuración cada vez más reticular de la nueva cultura»5.
Merece la pena, desde luego, probar suerte con distintas editoriales si conocemos una obra que nos parece «necesaria» entre la literatura publicada en español. Dice Antonio Rivero Taravillo, I Premio Andaluz de Traducción, que «un no suele suponer un sí perfeccionado», y no le falta razón. A cualquier tipo de negativa que recibamos le suele acompañar a menudo una posterior reflexión sobre qué puede haber fallado. Sin embargo, a pesar de que toda reflexión a posteriori siempre aportará algo interesante, conviene no descuidar precisamente todo lo contrario, los inicios. Conviene preparar un capítulo impoluto, o al menos, un texto cuidado en todas sus dimensiones, y que haya recibido varias revisiones por parte de, al menos, dos personas.
El número, que podría llegar a ser el doble de acuerdo con los más de tres mil agentes editoriales privados, es impresionante, pero donde mejor se aprecia es en el hermoso «Mapa de metro editorial 2010», donde aparecen tantas paradas con nombres familiares que resulta fácil tomar conciencia del número de opciones y posibilidades que, como traductores, tenemos ante nosotros. Hay que armarse de paciencia —tampoco se trata de abusar del optimismo—, saber seleccionar y aprender de las líneas editoriales que nos resulten más interesantes.
¿Quedan obras literarias sin traducir? ¿Cómo ponerse manos a la obra?
En un país como España, donde los traductores se han dejado la piel y los ojos para poder subsistir (no hay que olvidar que para vivir de la traducción es necesario traducir muchas, muchas obras) parecería que el panorama literario guarda ya pocas sorpresas para el editor. Nada más lejos de la realidad. Como decía en un comienzo, el traductor es un agente literario y, como tal, debe estar preparado, no solo ya para «descubrir» nuevas obras sino para ejecutar toda una operación de marketing mediante la cual el editor se muestre de acuerdo con nosotros acerca de la necesidad de publicar la obra que le ofrecemos.
Existen hoy páginas interesantísimas con recursos para el traductor literario. Una de ellas es «Books of the Century», un análisis de la literatura publicada en lengua inglesa durante todo el siglo xx, año por año, realizado por Daniel Immerwahr, estudiante de doctorado en Historia en la Universidad de California (Berkeley). Immerwahr enumera los libros más vendidos durante todo el siglo xx, además de incluir una lista de obras que han recibido una importante atención por parte de la crítica de los países anglosajones. Ignoro la existencia de este tipo de recursos de información literaria en otras lenguas, pero el conocimiento de la cultura de la lengua desde la que se traduce es la mejor consejera sobre dónde y cómo averiguar qué autores son fundamentales, aunque hayan pasado desapercibidos en nuestro país.
Tampoco es recomendable perder de vista a los demás en el sentido más amplio. Tras las charlas y comunicaciones en los seminarios dedicados a la traducción, resulta frecuente encontrarse con estudiantes y con personas que ya se han licenciado, todo hay que decirlo, que han leído una obra y, por las razones que sean —desde la puntuación hasta el léxico pasando por las erratas—, consideran que el texto merece una segunda traducción. Quizás lleven razón; todos sabemos que todo texto es siempre, si no mejorable, ampliamente transformable en otro que parecerá más adecuando en el momento en que lo leemos. Pero los que trabajamos en esto sabemos que las traducciones suelen tener una vida media de cuarenta o cincuenta años (no solo en su vigencia lingüística sino en el propio mercado), y conviene recordar a quienes se inicien que cazar erratas e incongruencias de ediciones recientes puede resultar un pasatiempo curioso, pero con ello no rellenarán más que horas de conversación o las páginas de algún artículo. Es incuestionable que la reflexión sobre los éxitos y fracasos de un texto traducido nos ayuda a entender mejor los procedimientos que se emplean en un proceso tan complejo como la traducción. No obstante, no debe olvidarse que siempre es más fácil criticar un texto que escribirlo o que traducirlo.
Otro error frecuente consiste en tomarse las cosas a la tremenda: ponerse manos a la obra para contactar con un editor no significa traducir la obra entera. He conocido a quienes han emprendido una hazaña de estas características. Creo que con algunos poemas o un capítulo fundamental para la obra es más que suficiente. No importa cuánto tiempo se tenga entre las manos: la derrota que supone ver el texto que uno ha estado traduciendo publicado por otro es tremenda. Tampoco hay creerse Colón ni Américo Vespucio, por decirlo con algo de humor. Las editoriales suelen encargarles las obras de escritores conocidos a sus traductores de confianza, para eso sirve la experiencia. A quienes empiecen, con creerse que van en alguna carabela es más que suficiente, para eso sirven los entusiasmos del principiante: hay más tiempo para leer, para formarse —y por qué no, para equivocarse—, para jugar a ser descubridor sin haber visto tierra aún.
A las competencias que tradicionalmente se le han atribuido al traductor literario o de libros debemos añadir otra: la capacidad potencial de transformar el tradicional encargo en proposición activa. Así podremos beneficiarnos no solo de las distintas habilidades y destrezas que hemos aprendido de los maestros durante años, sino también del inmenso regalo que supone ver materializada una apuesta personal a la que llega tras el fascinante camino del autoaprendizaje.
Retomo del blog del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires este artículo de Yolanda Morató, que Jorge retoma a su vez de La linterna del traductor (la revista de Asetrad) con el título "Transformar un encargo en proposición activa". Sirva la ocasión para recomendar nuevamente ambos sitios, siempre llenos de material nuevo e interesante. Saludos,
Lucrecia
A vueltas con el traductor literario:
una reflexión sobre sus competencias
Yolanda Morató Agrafojo
Tomado de: http://clubdetraductoresliterariosdebaires.blogspot.mx/2014/08/transformar-un-encargo-en-proposicion.html
y de: http://www.lalinternadeltraductor.org/n4/traductor-literario.html
En
este artículo se analiza una de las competencias fundamentales que
tradicionalmente ha quedado excluida de las destrezas que se esperan de un buen
traductor literario: la capacidad de convertirse en agente de su propio
conocimiento de la cultura de la lengua extranjera desde la que traduce aún
sorprende a muchos egresados de la titulación de Traducción e Interpretación, e
incluso a algunos traductores. El cambio del papel pasivo al activo del
traductor literario reside en el conocimiento del mercado editorial y de la
propia literatura.
En la lengua inglesa la palabra agency tiene un doble significado. Por una parte, hace referencia a la consabida acepción que designa, como el término en español, una oficina, despacho o sucursal de una empresa en la que se gestionan asuntos del interés de unos determinados clientes. En una acepción formal del término, el inglés reconoce que hacer algo «by/through the agency of», de manera literal, por medio de la agencia de alguien o de algo, implica la intervención de una persona o cosa —el agente propiamente dicho— que tiene capacidad de obrar y causar efecto en el resultado. Dicho esto, la expresión inglesa bien puede aplicarse a la labor que desarrollan algunos traductores literarios cuando quieren introducir, y por tanto publicar, cierta obra de un autor en un país en el que se hable la lengua hacia la que traducen.
Esta agencia1 del traductor literario ha tenido lugar a lo largo de los siglos, cuando la figura del editor no estaba tan perfilada como en nuestros tiempos o simplemente no contaba con más competencias que las de sufragar y organizar la publicación en sí. Existen, por supuesto, casos singulares, como la edición de los poemas de Garcilaso de la Vega realizada en 1580 por Fernando de Herrera, que constituye una edición crítica y filológica —con determinados desaciertos—, o la diferencia general entre las competencias del editor anglosajón y las de nuestros editores españoles, entre los que también podríamos señalar notables excepciones que no son pertinentes aquí.
La
labor del traductor literario como descubridor, introductor y divulgador de
autores no es, por tanto, nada nuevo, como tampoco lo es la confluencia de
escritor y traductor en una misma persona. Recuérdese uno de los fragmentos de La
novela de un literato, en la que Rafael Cansinos Assens reflexiona sobre
el papel del traductor literario. Unos amigos del autor, Pepe y Manolo Molano
(protagonistas de su novela póstuma Bohemia), le recomienden la
traducción como vía de subsistencia que emplean muchos escritores; una realidad
contraria, podría decirse, a la que vivimos hoy:
¿Por qué no traducía como Viriato y González-Blanco y tantos otros? Ahí tenía a Rafael Urbano y a Luis Terán, que se ganaban de ese modo la vida y además se hacían un nombre. ¡hasta Unamuno traducía para la España moderna!...
Yo torcía el gesto. eso de traducir, de
verter al propio idioma los pensamientos ajenos, era algo secundario, servil.
yo quería expresar los míos.
—Pero por algo hay que empezar. vea usted,
Valle-Inclán mismo ha traducido La Reliquia de Eça de Queiroz [.] una buena traducción tiene su mérito. los
traductores —agregaba Manolo— han hecho un gran papel en la historia literaria2.
Bien es cierto que en el campo de la traducción literaria —al que por alguna razón muchos siguen llamando «no especializada» a pesar de que el lenguaje de la ficción es siempre, por fuerza, artificial y por tanto de lo más especializado— conviven aún varios clichés promovidos por el sector más conservador, o quizás sería más correcto decir por el más ajeno a la práctica de la traducción de textos literarios. El traductor de poesía debe ser poeta es de los peores estereotipos que se siguen propagando como un virus invisible. Me imagino a un poeta al que se le resistan los sonetos, o a otro a quien no le salga un endecasílabo que no resulte artificioso. Sería como poner a un saltador de trampolín a hacer saltos de obstáculos. Porque son todos saltos, ¿no es así? Igual de absurdas resultan esas afirmaciones que definen a la poesía como un todo o, aún peor, a la Literatura como un compartimento estanco.
Acabar con la imagen del traductor como el otro
Tradicionalmente hemos trazado una línea divisoria entre el original y su reproducción o, en términos foucaultianos, entre lo mismo y lo extraño. El traductor se convierte así, desde la óptica propia del poder, en el traidor del original, aquel que, en palabras de Cansinos Assens, «vierte al propio idioma los pensamientos ajenos». Como contrapartida, la Ley de Propiedad Intelectual (lpi) y sus posteriores refundiciones han garantizado un papel cada vez mayor en nuestro país a la figura del traductor, que ya es, desde hace décadas, autor. No obstante, al papel del traductor como lector —noción fundamental en los escritos de Gadamer— y de autor, hay que añadirle un creciente protagonismo de su función como agente.
La situación histórico-política de nuestro país posibilita ahora, además, que los traductores de estos últimos treinta años se conviertan en redescubridores de textos e imágenes culturales: por un lado, actualizan la labor que otros traductores llevaron a cabo hace más de medio siglo; por otro, rescatan fragmentos —que en ocasiones alcanzan páginas y páginas— que fueron suprimidos por las prácticas políticas de la censura y el empleo de la moral como excusa para eliminarlos. Mediante estas operaciones de rescate, los traductores no solo ponen a nuestra disposición nuevos textos o textos actualizados, sino que permiten reflexionar sobre antiguos conflictos existentes entre prácticas estéticas y políticas. El Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares atesora una cantidad ingente de material (los expedientes de censura literaria no tienen desperdicio) que permite reconstruir un mapa negado a la cultura de aquellos años. La traducción se convierte, por tanto, en la mayor posibilidad de acción y recuperación. Por eso, tanto los críticos literarios como los lectores deben exigir una actualización de las traducciones. No es fácil —las situaciones ideales siempre encierran tintes de utopía—, pero el traductor debe ir despojándose de la imagen de traidor, del otro, en definitiva, del culpable. Que existen malas traducciones en el mercado es una excusa muy gastada: también hay malas operaciones y malas construcciones, y nadie culpa a la Medicina y a la Arquitectura de traicionar sistemáticamente al ser humano. Tampoco debe olvidarse que una traducción que suene rara no es solo culpa del traductor sino también del revisor y, sobre todo, del editor. Si nadie compra hoy un coche con carrocería del siglo xxi y motor del xix. ¿Por qué sigue sucediendo con los libros?
¿Por dónde empezar?
En numerosos seminarios dedicados al gremio, los traductores intercambiamos información sobre cómo empezamos en nuestra profesión: algunos, por accidente, traduciendo algunos poemas en casa; otros, por insatisfacción, intentando mejorar algo que al leerlo no nos complació demasiado. Hay profesores, egresados de distintas Filologías, traductores con titulación pero con pocas horas de práctica literaria —al menos, si se comparan con el resto de las asignaturas en la carrera—, filósofos y gente que simplemente se puso manos a la obra, porque en la familia se hablaba la lengua de partida, o porque necesitaba ganar unas monedas.
No es de extrañar, por tanto, que muchos estudiantes —y algunos traductores afortunados— se muestren hoy sorprendidos ante la agencia del traductor literario que quiere hacer valer sus competencias sin mediación de la agencia tradicional. Si en muchos casos el escritor se ha puesto en contacto directo con el editor, ¿por qué no habría de hacerlo el traductor, si además es, por ley, también autor? No son pocos los estudiantes de las titulaciones de Traducción e Interpretación de nuestro país que se quedan estupefactos cuando, al contarles que deben contactar con los editores, ser ellos quienes den el primer paso, no comprenden una realidad que en el sector se llama, con cortesía, envíos no solicitados.
Las razones que justifican la ruptura de esta barrera invisible son muy claras y responden a lo que denomino la paradoja del sindicato soviético: para que te dieran trabajo tenías que estar afiliado al sindicato pero no te podías afiliar si no tenías trabajo; en otras palabras: es difícil encargarle una traducción literaria a alguien que no tiene nada publicado, pero es difícil publicar algo si no se está ya iniciado en este mundo.
Otra de las sorpresas en torno a la traducción literaria es el lugar que ocupa en los planes de estudio. En un artículo sobre las expectativas del cuerpo estudiantil, Arrés y Calvo observan que «los estudiantes de Traducción e Interpretación consideran, casi en exclusiva, el perfil literario o audiovisual (por afinidad con sus intereses o porque se trata de un perfil con mayor reconocimiento social)» dado que son perfiles profesionales «gancho» que se anuncian en las páginas web de las universidades españolas3. Si se analiza la estructura de las titulaciones españolas, se comprueba que, con la formación adquirida durante los años de licenciatura o grado, resulta improbable que los estudiantes obtengan la formación necesaria para ser traductores de obras literarias. Una gran mayoría de estos estudiantes afirman, además, que tienen una visión negativa o muy negativa del mercado de la traducción literaria, debida, principalmente, a lo que interpretan como un difícil acceso al mercado laboral y la escasa remuneración económica que esta labor conlleva si se compara con otras especialidades4.
El significado del no y qué no hacer
Los traductores literarios se encuentran hoy ante una doble realidad: por una parte, debido a la crisis, se han retirado gran parte de las subvenciones a las editoriales que servían, en palabras de editor, para «sufragar» las traducciones; por otro, el abaratamiento de costes de producción ha hecho que surjan nuevas editoriales, empresas pequeñas que no por ello descuidan la calidad, el trato al traductor y los resultados que se observan en las grandes firmas. Prueba de ello es que el Premio Nacional de Edición de 2008 se le otorgó al grupo Contexto, constituido por siete pequeñas editoriales entre las que están Libros del Asteroide, Global Rhythm e Impedimenta. Este tipo de sellos representan una nueva oportunidad para el traductor literario que no tiene acceso a las grandes editoriales, pero que cuenta con proyectos de traducción que pueden resultarles interesantes a los sellos independientes.
En los últimos meses han surgido diversos debates en torno a la aparición de un importante número de pequeñas editoriales. La agente literaria Carmen Balcells sembró algo de polémica cuando las comparó con las setas: «Ahora es la temporada. Brotan miles de ellas alegremente, por todos lados. Ahora hay que ver cuáles de ellas son transgénicas y cuáles no». A este comentario tan citado añadió Ignacio Echevarría su símil, por el que los pequeños sellos «vienen a ocuparse de la casquería de la industria», por más que se definan como lugares exquisitos; aunque también destacó Echevarría la habilidad de las microeditoriales para convertirse en «radares de lo que está por venir. posibilitando pequeños circuitos que se ajustan a la configuración cada vez más reticular de la nueva cultura»5.
Merece la pena, desde luego, probar suerte con distintas editoriales si conocemos una obra que nos parece «necesaria» entre la literatura publicada en español. Dice Antonio Rivero Taravillo, I Premio Andaluz de Traducción, que «un no suele suponer un sí perfeccionado», y no le falta razón. A cualquier tipo de negativa que recibamos le suele acompañar a menudo una posterior reflexión sobre qué puede haber fallado. Sin embargo, a pesar de que toda reflexión a posteriori siempre aportará algo interesante, conviene no descuidar precisamente todo lo contrario, los inicios. Conviene preparar un capítulo impoluto, o al menos, un texto cuidado en todas sus dimensiones, y que haya recibido varias revisiones por parte de, al menos, dos personas.
Recomiendo
también el consejo de otro colega, el traductor Andrés Sánchez Pascual, Premio
Nacional de Traducción y filósofo, que en una ocasión me dijo que no existen
los problemas sin solución, sino los problemas mal planteados. Por eso, en no
pocas ocasiones, que obtengamos un no quizás tenga más que ver con los
planteamientos iniciales que con lo que aportamos en sí. Aunque parezca
mentira, hay traductores que, cuando mandan su capítulo de prueba, pierden de
vista el catálogo de las editoriales y quiénes las dirigen. Como sucede con el
arte de regalar, lo que a uno le gusta no coincide necesariamente con los
gustos de la persona a la que va dirigido el regalo. Cómo proceder queda, desde
luego, a juicio de quien compra el regalo pero, por pura generosidad, siempre
será mejor analizar los gustos del regalado. Dicho esto, entre el numeroso
grupo de editoriales con el que contamos en España, habrá siempre catálogos
donde nuestra traducción simplemente no encaje. Para ello, jamás deben perderse
de vista ni las novedades editoriales ni los fondos de las editoriales a las
que queramos dirigirnos.
El número, que podría llegar a ser el doble de acuerdo con los más de tres mil agentes editoriales privados, es impresionante, pero donde mejor se aprecia es en el hermoso «Mapa de metro editorial 2010», donde aparecen tantas paradas con nombres familiares que resulta fácil tomar conciencia del número de opciones y posibilidades que, como traductores, tenemos ante nosotros. Hay que armarse de paciencia —tampoco se trata de abusar del optimismo—, saber seleccionar y aprender de las líneas editoriales que nos resulten más interesantes.
¿Quedan obras literarias sin traducir? ¿Cómo ponerse manos a la obra?
En un país como España, donde los traductores se han dejado la piel y los ojos para poder subsistir (no hay que olvidar que para vivir de la traducción es necesario traducir muchas, muchas obras) parecería que el panorama literario guarda ya pocas sorpresas para el editor. Nada más lejos de la realidad. Como decía en un comienzo, el traductor es un agente literario y, como tal, debe estar preparado, no solo ya para «descubrir» nuevas obras sino para ejecutar toda una operación de marketing mediante la cual el editor se muestre de acuerdo con nosotros acerca de la necesidad de publicar la obra que le ofrecemos.
Existen hoy páginas interesantísimas con recursos para el traductor literario. Una de ellas es «Books of the Century», un análisis de la literatura publicada en lengua inglesa durante todo el siglo xx, año por año, realizado por Daniel Immerwahr, estudiante de doctorado en Historia en la Universidad de California (Berkeley). Immerwahr enumera los libros más vendidos durante todo el siglo xx, además de incluir una lista de obras que han recibido una importante atención por parte de la crítica de los países anglosajones. Ignoro la existencia de este tipo de recursos de información literaria en otras lenguas, pero el conocimiento de la cultura de la lengua desde la que se traduce es la mejor consejera sobre dónde y cómo averiguar qué autores son fundamentales, aunque hayan pasado desapercibidos en nuestro país.
Tampoco es recomendable perder de vista a los demás en el sentido más amplio. Tras las charlas y comunicaciones en los seminarios dedicados a la traducción, resulta frecuente encontrarse con estudiantes y con personas que ya se han licenciado, todo hay que decirlo, que han leído una obra y, por las razones que sean —desde la puntuación hasta el léxico pasando por las erratas—, consideran que el texto merece una segunda traducción. Quizás lleven razón; todos sabemos que todo texto es siempre, si no mejorable, ampliamente transformable en otro que parecerá más adecuando en el momento en que lo leemos. Pero los que trabajamos en esto sabemos que las traducciones suelen tener una vida media de cuarenta o cincuenta años (no solo en su vigencia lingüística sino en el propio mercado), y conviene recordar a quienes se inicien que cazar erratas e incongruencias de ediciones recientes puede resultar un pasatiempo curioso, pero con ello no rellenarán más que horas de conversación o las páginas de algún artículo. Es incuestionable que la reflexión sobre los éxitos y fracasos de un texto traducido nos ayuda a entender mejor los procedimientos que se emplean en un proceso tan complejo como la traducción. No obstante, no debe olvidarse que siempre es más fácil criticar un texto que escribirlo o que traducirlo.
Otro error frecuente consiste en tomarse las cosas a la tremenda: ponerse manos a la obra para contactar con un editor no significa traducir la obra entera. He conocido a quienes han emprendido una hazaña de estas características. Creo que con algunos poemas o un capítulo fundamental para la obra es más que suficiente. No importa cuánto tiempo se tenga entre las manos: la derrota que supone ver el texto que uno ha estado traduciendo publicado por otro es tremenda. Tampoco hay creerse Colón ni Américo Vespucio, por decirlo con algo de humor. Las editoriales suelen encargarles las obras de escritores conocidos a sus traductores de confianza, para eso sirve la experiencia. A quienes empiecen, con creerse que van en alguna carabela es más que suficiente, para eso sirven los entusiasmos del principiante: hay más tiempo para leer, para formarse —y por qué no, para equivocarse—, para jugar a ser descubridor sin haber visto tierra aún.
A las competencias que tradicionalmente se le han atribuido al traductor literario o de libros debemos añadir otra: la capacidad potencial de transformar el tradicional encargo en proposición activa. Así podremos beneficiarnos no solo de las distintas habilidades y destrezas que hemos aprendido de los maestros durante años, sino también del inmenso regalo que supone ver materializada una apuesta personal a la que llega tras el fascinante camino del autoaprendizaje.
1 A partir de aquí, emplearé la palabra en cursiva, por
hacer referencia a la segunda acepción inglesa del término y no al significado
que el término posee en español.
2 Tomo 1, p. 159. Cansinos Assens se cansa, sin embargo,
de las traducciones, que acaba recibiendo en forma de incesantes encargos de
distintos editores. En el segundo tomo de sus memorias se lamenta: «un escritor
no debería saber lenguas, ni francés, para que los editores ‘generosos’ no
pudieran ofrecerle esta clase de compensaciones» (p. 294), un sentimiento de
desencanto que reside en la visión que tiene de cada uno de estos ‘oficios’:
«Uno no piensa que la literatura sea una cosa práctica ni un medio de vida.
Para eso está el periodismo y la traducción» (p. 291). Véase La novela de un literato (Madrid: Alianza, 1982, tomo 1;
Alianza, 1985, tomo 2; y Alianza, 1995, tomo 3).
3 Eugenia Arrés López y Elisa Calvo Encinas. «¿Por qué
se estudia traducción e interpretación en España? Expectativas y retos de los
futuros estudiantes de Traducción e Interpretación», en Entreculturas, nº 1, 2009,
pp. 618; 623.
4 «La traducción literaria en los planes de estudio
españoles. Percepciones y creencias de los nuevos estudiantes». Con la
incorporación del grado, estoy trabajando en estos momentos en una nueva
recogida de datos relacionada con las impresiones sobre la traducción literaria
en el alumnado de los nuevos planes universitarios.»
Yolanda Morató es
profesora asociada en
el departamento de Filología
y Traducción en
la Universidad Pablo
de Olavide. Se licenció
en Filología Hispánica
(U. de Sevilla) e Inglesa
(U. de Huelva); tiene un máster
en Literatura del Modernismo
inglés (Birkbeck College, U. de
Londres) y otro en Traducción e
Interculturalidad (U. de Sevilla).
Realizó estudios de postgrado
en la Universidad de Harvard,
donde impartió clases (2002-2004). Ha publicado traducciones
en revistas y editoriales
nacionales e internacionales,
entre ellas, la edición anotada
de la primera autobiografía de
Wyndham Lewis, Estallidos y
bombardeos, que fue galardonada
con el premio de traducción
aedean en 2008.
martes, 26 de agosto de 2014
Próximos cursos en el Departamento de Traducción e Interpretación de la UNAM
Nos comparten del Departamento de Traducción e Interpretación (DTI) del CELE de la UNAM el listado de los muy diversos cursos que tienen programados para este próximo semestre.
Si no alcanzan a ver bien los detalles, pueden pedir la programación en pdf al correo traduccion@cele.unam.mx, o bien a circulodetraductores@gmail.com. En las mismas direcciones pueden pedir el formato de inscripción, que viene en word. Saludos,
Lucrecia
lunes, 25 de agosto de 2014
Umbrales de la materialidad: mesas redondas en torno a las prácticas digitales de la textualidad contemporánea
Colegas:
Nos comparte María Andrea Giovine esta invitación a las mesas redondas Umbrales de la materialidad: prácticas digitales en la textualidad contemporánea, que se realizarán el miércoles 03 de septiembre de 09:45 a 13:30horas en el Auditorio José María Vigil del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la UNAM, en Ciudad Universitaria. La entrada es libre y gratuita.
Aquí abajo aparece el programa completo de las dos mesas, en la segunda de las cuales hay una participación que nos hace un guiño: "De la apropiación a la traducción: la lectura como procedimiento artístico en tres obras de arte digital", de Roberto Cruz Arzábal.
Y recuerden que ese mismo día por la tarde, a las 17:00 horas en el Centro Histórico, a tiro de piedra de Ciudad Universitaria si pensamos en escala planetaria, tendremos la charla de Irena Chytrá en el Círculo de Traductores (aquí el enlace con detalles).
Es más, propongo un programa turístico completo para el miércoles 03 de septiembre: del IIB se pasan a Metro Universidad, se van toda la línea verde hasta Hidalgo, caminan por la Alameda Central, se comen alguna garnacha de las que abundan por ahí, siguen caminando hacia el Zócalo, asombrándose por la diversidad frenética que ofrece nuestra ciudad, se detienen a tomar un cafecito y un respiro, se pasan por detrás de Catedral, cruzan el pasaje y llegan al CCE justo a tiempo para la charla. Saludos y nos vemos el día 03 en el IIB y en el CCE,
Lucrecia
domingo, 24 de agosto de 2014
Retomamos las charlas del Círculo de Traductores: la revista Kamarád este 03 de septiembre
Queridos colegas:
Pasada la pausa estival, retomamos las sesiones presenciales del Círculo de Traductores en el Centro Cultural de España. La siguiente sesión será el miércoles 03 de septiembre con la siguiente charla:
a cargo de
La cita es
Entrada libre y gratuita
Pueden ver la sesión en línea por UStream.
Sobre la ponente
Pasada la pausa estival, retomamos las sesiones presenciales del Círculo de Traductores en el Centro Cultural de España. La siguiente sesión será el miércoles 03 de septiembre con la siguiente charla:
Horizontes
sincréticos en la traducción de la
escritura infantil del Ghetto de Theresienstadt
(revista Kamarád)
escritura infantil del Ghetto de Theresienstadt
(revista Kamarád)
a cargo de
Irena Chytrá
La cita es
el miércoles 03 de septiembre de 2014
a las 17:00 horas
en el Centro Cultural de España en México
Guatemala 18, atrás de la Catedral
Metropolitana
Metro Zócalo / estacionamiento junto
a la entrada de Donceles 97
Entrada libre y gratuita
Pueden ver la sesión en línea por UStream.
Y pueden reproducir la
grabación en Youtube.
Si están en la ciudad de México, anímense a ir el 03 de septiembre hasta el Centro
Histórico y acompañarnos en la sesión, para ayudarnos a seguir
programando más charlas.
Sinopsis
Hace más de siete
décadas, el 29 de octubre de 1943, apareció el primer número de la
revista Kamarád
(El
amigo),
publicada por un grupo de 30 niños judíos cuya edad oscilaba entre
11-15 años de edad y que estaban recluidos en el Ghetto de
Theresienstadt (Terezín, en checo), situado al noroeste de Praga. En
el mes de septiembre de 1944 vio la luz el último de los veintidós
números, ya que los integrantes de la revista fueron enviados en
transportes a Auschwitz.
La revista Kamarád
despliega una escritura exuberante, vertida en el checo culto y
refinado de la época, que conforma un collage
singular y lúdico
a la luz de germanismos, hebraísmos y brillantes neologismos, pues
aquellos jóvenes creadores eran ciudadanos de la antigua
Checoslovaquia que se distinguía –en el periodo entre las dos
guerras mundiales– por la coexistencia del espíritu eslavo
(i.e. checo) con el alemán (de ahí, una notable presencia de los
germanismos absorbidos por el checo) y el judío (en su vertiente
hebrea o yiddish). A lo largo de la revista desfila una nutrida
variedad de géneros literarios: cuento, novela en serie, crónica,
poesía, minuciosas (y premonitorias) “etnografías” del Ghetto…
Esta amalgamación de voces propicia una serie de horizontes
sincréticos
que sólo mediante una traducción contextual se pueden aproximar a
otros universos lingüísticos y culturales.
La presente reflexión
abordará, a su vez, los siguientes temas: Noción del gran texto
y los textos contiguos. Texto y su circunstancia. Palabras multisignificantes. Traducción concebida como un hipertexto
(collage de textos y sentidos). Interpretando las discontinuidades,
fisuras y rupturas del texto. Matices crípticos. Texto y el placer
estético (caligrafía, ilustraciones). Autoironía y sarcasmo
(fundamentos del sentido de humor centroeuropeo). Sutilezas
morfémicas y fonéticas. Traductor-hermeneuta: inmersiones
“estando ahí”.
Sobre la ponente
Irena Chytrá es antropóloga, traductora y ensayista de origen checo.
Cuenta con estudios de maestría, doctorado y estancias de investigación en la Universidad Masaryk de Brno (Rep. Checa); Royal Holloway and Bedford New College (University of London), Institute of Latin American Studies (University of London); Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Barcelona y la Universidad Nacional Autónoma de México.
Se ha desempeñado como docente en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Es autora de artículos y ensayos sobre antropología, teatro, ópera, literatura y arquitectura.
Realizó traducciones, del checo al español, de la obra del filósofo checo Karel Kosík (Reflexiones antediluvianas; El Siglo de Grete Samsa); del dramaturgo y expresidente de la República Checa, Václav Havel (El poder de los sin poder; De mi vida, Sobre los inicios de la Carta 77, Carta a Gustáv Husák) y del escritor checo Ivan Klíma (Los ricos suelen ser gente extraña).
Colaboró con Letras Libres, La Jornada, Paso de Gato, México Desconocido, Canal 22, Pro Ópera, Bienal Internacional del Cartel Canal, Festival de México en el Centro Histórico.
Presentó programas sobre las culturas eslavas en Radio Educación, a partir del análisis semiológico de la producción operística. En calidad de asesora lingüística e investigadora participó en las producciones de las óperas checas Jenufa (Leoš Janácek) y Rusalka (Antonín Dvorák), estrenadas en México en 2008 y 2011 respectivamente.
Se ha dedicado a la investigación de la obra y la vida de Franz Kafka, enfatizando una perspectiva eslava. Sobre el tema publicó el ensayo titulado La indagación sobre la infinitud en La Muralla china de Franz Kafka (Bitácora Arquitectura Núm. 19, Facultad de Arquitectura, UNAM, 2009).
Bajo el mismo concepto colaboró en la producción de la ópera infantil Brundibár (CENART, 2011 [Zamora y Morelia, Michoacán], 2012 [Ciudad de México]), obra del compositor checo-judío Hans Krása que se había escenificado en 55 ocasiones en el campo de concentración Theresienstadt y cuyo elenco, los niños judíos, fue enviado casi en su totalidad a las cámaras de gas en Auschwitz.
http://www.sdpnoticias.com/notas/2011/07/29/se-refugiaban-en-el-arte-miles-de-judios-que-estaban-en-terezin
En 2012 desarrolló una investigación en torno de la obra de teatro El último ciclista, escrita por el dramaturgo praguense Karel Svenk en Theresienstadt (1941). El ensayo completo titulado El esteticismo esperanzador en las tribulaciones del último ciclista llamado Karel Svenk, aparece en la monografía El último ciclista, publicada por la editorial Libros de Godot (México, D.F., 2012); en forma abreviada fue publicado en La Jornada (03-04-2012):
http://www.jornada.unam.mx/2012/03/04/sem-irena.html
También pueden consultar su página profesional: http://www.ichytra.com/
Cuenta con estudios de maestría, doctorado y estancias de investigación en la Universidad Masaryk de Brno (Rep. Checa); Royal Holloway and Bedford New College (University of London), Institute of Latin American Studies (University of London); Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Barcelona y la Universidad Nacional Autónoma de México.
Se ha desempeñado como docente en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Es autora de artículos y ensayos sobre antropología, teatro, ópera, literatura y arquitectura.
Realizó traducciones, del checo al español, de la obra del filósofo checo Karel Kosík (Reflexiones antediluvianas; El Siglo de Grete Samsa); del dramaturgo y expresidente de la República Checa, Václav Havel (El poder de los sin poder; De mi vida, Sobre los inicios de la Carta 77, Carta a Gustáv Husák) y del escritor checo Ivan Klíma (Los ricos suelen ser gente extraña).
Colaboró con Letras Libres, La Jornada, Paso de Gato, México Desconocido, Canal 22, Pro Ópera, Bienal Internacional del Cartel Canal, Festival de México en el Centro Histórico.
Presentó programas sobre las culturas eslavas en Radio Educación, a partir del análisis semiológico de la producción operística. En calidad de asesora lingüística e investigadora participó en las producciones de las óperas checas Jenufa (Leoš Janácek) y Rusalka (Antonín Dvorák), estrenadas en México en 2008 y 2011 respectivamente.
Se ha dedicado a la investigación de la obra y la vida de Franz Kafka, enfatizando una perspectiva eslava. Sobre el tema publicó el ensayo titulado La indagación sobre la infinitud en La Muralla china de Franz Kafka (Bitácora Arquitectura Núm. 19, Facultad de Arquitectura, UNAM, 2009).
Bajo el mismo concepto colaboró en la producción de la ópera infantil Brundibár (CENART, 2011 [Zamora y Morelia, Michoacán], 2012 [Ciudad de México]), obra del compositor checo-judío Hans Krása que se había escenificado en 55 ocasiones en el campo de concentración Theresienstadt y cuyo elenco, los niños judíos, fue enviado casi en su totalidad a las cámaras de gas en Auschwitz.
http://www.sdpnoticias.com/notas/2011/07/29/se-refugiaban-en-el-arte-miles-de-judios-que-estaban-en-terezin
En 2012 desarrolló una investigación en torno de la obra de teatro El último ciclista, escrita por el dramaturgo praguense Karel Svenk en Theresienstadt (1941). El ensayo completo titulado El esteticismo esperanzador en las tribulaciones del último ciclista llamado Karel Svenk, aparece en la monografía El último ciclista, publicada por la editorial Libros de Godot (México, D.F., 2012); en forma abreviada fue publicado en La Jornada (03-04-2012):
http://www.jornada.unam.mx/2012/03/04/sem-irena.html
También pueden consultar su página profesional: http://www.ichytra.com/
sábado, 23 de agosto de 2014
Beckett en Guanajuato, congreso internacional: convocatoria abierta hasta el 30 de agosto
Colegas:
Nos comparte Krisztina Zimanyi la convocatoria para participar en el Congreso Internacional en conmemoración de los 25 años de la muerte de Samuel Beckett: obra y pensamiento, que se llevará a cabo del 5 al 7 de noviembre de 2014 en la Universidad de Guanajuato.
La convocatoria está abierta hasta el próximo 30 de agosto, así que todos los beckettistas y becketianos y beckettófilos que andan por ahí, ¡ésta es su oportunidad para sacar a relucir su erudición! Pueden mandar sus propuestas a la dirección beckettenguanajuato@gmail.com
Pueden consultar toda la convocatoria y mayores especificaciones en este enlace: http://issuu.com/dcshguanajuato/docs/convocatoria_espa__ol
Saludos,
Lucrecia
viernes, 22 de agosto de 2014
La Ley de Traducción Autoral estrena blog
Queridos amigos:
En octubre pasado, nuestros colegas de Argentina lanzaron un proyecto de ley para la protección de los traductores y las traducciones, ahora llamado formalmente Ley de Traducción Autoral para Argentina. Algo de información al respecto fuimos subiendo en este blog (8 de octubre, 12 de octubre, 1 de mayo).
Ahora nos comparten la noticia de que el proyecto sigue avanzando y crearon un blog para recibir adhesiones y concentrar todas las novedades al respecto, en la siguiente dirección: http://leydetraduccionautoral.
Abajo les copio el mensaje que envió el Grupo LTDA y que nos llegó a través de Pablo Ingberg y de Andrés Ehrenhaus, promotores del proyecto de ley. Saludos y enhorabuena,
Lucrecia
Proyecto de Ley de Protección de la Traducción y de
los Traductores, N° de expediente 6534-D-2013.
Novedad: Blog de difusión
Como un paso
más en el camino hacia el reconocimiento del oficio de traductor en tanto
puente entre culturas en tiempo y espacio, y para reforzar las gestiones que
venimos realizando desde la presentación de este proyecto de ley en la Cámara
de Diputados de la Nación en junio de 2013, hoy presentamos el blog http://leydetraduccionautoral. blogspot.com.ar/.
En él
encontrarán toda la información pertinente, como documentos y enlaces que
motivan y contextualizan el proyecto, entidades y personas que lo apoyan,
respuestas a inquietudes y dudas que pueda generar.
En este momento,
el Proyecto de Ley de Protección de la
Traducción y de los Traductores se encuentra en la primera etapa del
proceso legislativo correspondiente para llegar a convertirse en ley. Fue
presentado y girado a la Comisión de Legislación General y a la Comisión de Cultura
de la Cámara de Diputados. Más de un año después, sigue sin entrar en la “etapa
constitutiva” (de discusión y sanción) propia del Poder Legislativo. Como
sabemos, al término de los dos años, los proyectos de que ley no entran en esta
segunda etapa pierden estado parlamentario. Que esto suceda con el nuestro implicaría
una gran pérdida para los traductores argentinos y para la cultura nacional en
su conjunto.
Por eso, necesitamos
difundirlo aún más, obtener la mayor cantidad de adhesiones posibles que se
sumen a las muchas y valiosas con las que ya contamos, y convocar a toda clase
de apoyo o gestión que colabore con su avance en el Congreso Nacional.
A quienes ya
hayan adherido, agradecemos y felicitamos por ayudar a valorar el trabajo de los
traductores como constitutivo básico de la cultura.
A todos los
demás, les pedimos que difundan este mensaje y agreguen su nombre, DNI, ocupación e institución de pertenencia, si corresponde, a través de la dirección de correo electrónico que figura en el blog. En el caso
de instituciones, necesitamos denominación y datos completos. Allí
también encontrarán una dirección de contacto para hacer consultas y
comentarios. Aclaramos que, para salvaguardar los datos personales de los
adherentes, los números de DNI no se
publican en el blog.
Nuestros más
cordiales saludos,
Grupo LDTA
jueves, 21 de agosto de 2014
Traducción árabe-español, árabe-inglés y español-inglés en Tijuana: 29 y 30 de agosto en el Cecut
Colegas de Baja California:
Recuerden que este fin de semana son las últimas dos sesiones del taller "La Torre de Babel", coordinado por Roberto Castillo Udiarte en el Centro Cultural Tijuana. En esta ocasión estarán los siguientes temas y talleristas:
viernes 29 de agosto
Martin Camps
Traducción español a inglés
18:00 a 21:00 horas
Centro Cultural Tijuana
Sala de Video
Entrada libre
sábado 30 de agosto
Shadab Zeest Hashmi, Najah Abdekar, Sonia Gutiérrez y Francisco Bustos
Traducción del árabe al inglés y al español
10:00 a 13:00 horas
Centro Cultural Tijuana
Sala de Video
Entrada libre
Y aquí el cartel del ciclo completo, a manera de recordatorio:
Recuerden que este fin de semana son las últimas dos sesiones del taller "La Torre de Babel", coordinado por Roberto Castillo Udiarte en el Centro Cultural Tijuana. En esta ocasión estarán los siguientes temas y talleristas:
viernes 29 de agosto
Martin Camps
Traducción español a inglés
18:00 a 21:00 horas
Centro Cultural Tijuana
Sala de Video
Entrada libre
sábado 30 de agosto
Shadab Zeest Hashmi, Najah Abdekar, Sonia Gutiérrez y Francisco Bustos
Traducción del árabe al inglés y al español
10:00 a 13:00 horas
Centro Cultural Tijuana
Sala de Video
Entrada libre
Y aquí el cartel del ciclo completo, a manera de recordatorio:
La imagen del inicio es una torre de Babel generada en Minecraft y tomada de http://www.minecrafters.es/galeria-de-arte/la-torre-de-babel/
miércoles, 20 de agosto de 2014
Ampliación de plazo para inscribirse al Diplomado de Traducción Literaria y Humanística (francés-español)
Colegas:
Nos avisa Arturo Vázquez que la convocatoria para el Diplomado en Traducción Literaria y Humanística (francés-español) se amplía hasta el viernes 29 de agosto, de modo que los interesados tienen unos días más para reunir sus documentos e inscribirse.
Aparecen abajo las láminas de la convocatoria en jpg. Pueden pedir el pdf de la convocatoria al correo cpti_ifal@yahoo.com.mx
Y si quieren saber más sobre este programa, pueden ver la charla sobre el Diplomado y el Seminario de Jóvenes que ofrecieron en julio del año pasado el mismo Arturo junto con Marcelo Guinea y Diego Guzmán, siguiendo este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=cypD3T-8_TY
Saludos,
Lucrecia
martes, 19 de agosto de 2014
Premio Gulf Coast para traducción de poesía a inglés
Colegas:
Nos comparte María Andrea Giovine la siguiente convocatoria de la revista literaria Gulf Coast para traducción de poesía de cualquier idioma a inglés. Reproduzco abajo la invitación en español, aparecida en la gaceta digital Frontal. No viene ahí la fecha de cierre, pero en la convocatoria en inglés (seguir este enlace) especifica que es el 31 de agosto de 2014, así que los interesados aún tienen diez días para enviar sus trabajos. Saludos,
Lucrecia
Premio en Traducción de Poesía
(de cualquier lengua al inglés)
del journal literario Gulf Coast
Nuestros amigos del journal de literatura y artes Gulf Coast,
que forman parte del programa M.A. – Ph.D. in Creative Writing de la
Universidad de Houston convocan a la primera edición de este premio. El
ganador recibirá $1,000 USD y sus traducciones serán publicadas en el
journal. A su vez, se entregarán dos menciones honoríficas que se
publicarán en la edición 27.2 que sale a la luz en Abril 2015.
Así
mismo, todas las entradas serán consideradas para ser publicadas como
entradas pagadas en el portal del journal www.gulfcoastmag.org
en la sección de contenido exclusivo online. Es necesario pagar una
cuota de $17 dólares para que sus trabajos sean considerados, la cual
incluye una suscripción anual del journal.
Este año el premio será otorgado a
criterio de Jen Hofer, poeta y traductora de Los Ángeles, colaboradora y
co-fundadora del colectivo y proyecto Antena.
Acá las bases completas de la convocatoria:
• Enviar hasta 5 páginas de poesía
traducida al inglés. Se le dará preferencia a obras contemporáneas
publicadas o escritas en los últimos cincuenta años.
• Como parte de su envío incluya los
textos en la lengua original, así como una breve síntesis biográfica (no
más de 200 palabras) del autor que tradujo. Indique a su vez si tiene
permiso, y puede otorgarlo al journal, de publicar tanto el trabajo
original como las traducciones en los Estados Unidos.
Es necesario demostrar la cesión de derechos o la autorización del autor o editor del original para ser considerado:
• Incluir un documento que pruebe que el
original se encuentra en el dominio público, o una carta de quien posee
los derechos para su publicación y traducción que contenga el nombre de
la obra, la fecha en que se concede el permiso, así como la identidad y
firma de quien cede los derechos.
Envíos en línea:
Puede mandar sus traducciones a través del sistema de Gulf Coast a través de este enlace. Los formatos aceptados son un solo archivo .doc, .docx, .rtf, o .pdf
Solamente se aceptarán traducciones que
no hayan sido publicadas con anterioridad. Favor de no incluir dentro
del documento ningún indicio de la identidad del autor de la traducción
ya que será automáticamente descalificado. Toda información sobre el
remitente será incluida en la sección de «Comentarios» dentro del
formulario del sitio anterior.
Envíos por correo y paquetería:
Enviar un paquete a la siguiente
dirección: ATTN: Translation Prize, Department of English, University of
Houston, Houston, TX 77204-3013. En folder aparte, adjuntar una plica
con la información de contacto que incluya todos los datos antes
mencionados. A su vez, es necesario pagar un pequeño cargo de $17 USD
para ser considerado, el cual incluye una suscripción anual al journal.
Favor de adjuntar un cheque a nombre de «Gulf Coast».
Consulte las bases en inglés en www.gulfcoastmag.org/contests/prize-in-translation/
lunes, 18 de agosto de 2014
Estreno en México de la narración teatral "Mi madre y la música": 18 y 19 de agosto en Veracruz
Queridos colegas:
Como un acto de solidaridad con los 26 millones de escolares mexicanos que hoy regresan a la escuela, este blog reanuda sus actividades después de un receso veraniego.
Va una invitación que compartió Selma Ancira en el facebook, para ver el estreno en México de la narración teatral Mi madre y la música, basada en la traducción que hizo Selma del libro de Marina Tsvetáieva. La representación será hoy 18 en Córdoba, Veracruz, y mañana 19 de agosto en Orizaba. Si andan por allá, ya saben...
Al respecto, dice la página de Acantilado, la editorial que publicó Mi madre y la música:
El 18 y 19 de agosto se estrenará en el marco del Festival Internacional de Teatro “Emilio Carballido” del estado mexicano de Veracruz Mi madre y la música, narración teatral basada en el libro de idéntico título de Marina Tsvietáieva que publicó Acantilado en 2012, traducido por Selma Ancira. Las representaciones serán el 18 en la ciudad de Córdoba y el 19 en Orizaba.
Mi madre y la música es una bella evocación de la infancia, pero, sobre todo, de la presencia de la madre a través de un elemento familiar como es el piano. La fascinante fuerza poética de Marina Tsvietáieva fluye en este relato que nos transporta a un mundo donde lo cotidiano adquiere una dimensión mágica, y la vida, un protagonismo ejemplar.
No aparecen ahí más datos de lugares y horarios, o costos, si es que los hay, pero para los interesados, en este enlace hay más información sobre el VI Festival Internacional de Arte Escénico y Teatral "Emilio Carballido", y de ahí se pueden seguir: http://e-veracruz.mx/nota/2014-08-15/cultura/sexta-edicion-del-festival-emilio-carballido
Saludos,
Lucrecia
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