Conglomerado Messier 15 fotografiado por el Telescopio Espacial Hubble
el año
trece se cierra sobre sí mismo, otra vez no se acabó el mundo y
este círculo sigue girando. Aunque en distintos momentos se ha
colapsado alguna de las que lo empujamos (y a veces todas a la vez),
siempre algo nos levanta de nuevo: los ánimos y cartas de ustedes o
la curiosidad renovada por alguna idea fascinante o alguna solicitud
o pregunta que de tan estrambótica, nos pone la pila.
Una de
las cosas que más nos ha ayudado a vencer el impulso de capitular es
justamente recapitular, y fue lo que hizo Marianela Santoveña en el
texto sobre el Círculo que leyó en la UNAM en el pasado Encuentro
de Traductores, que comparto aquí abajo. Además del efecto anímico
de la recapitulación, sirve como índice de las dieciséis sesiones
presenciales realizadas hasta ahora (2012-2013) y nos da una
oportunidad más para agradecer pública y colectivamente a todos lo
que han compartido su experiencia y conocimiento de manera tan
solidaria y generosa en estas charlas. Todos sus nombres aparecen en
el texto. Las charlas mensuales continuarán en 2014 gracias a ellos,
a ustedes y a todas las personas e instituciones que nos apoyan en
este esfuerzo.
Las
sesiones de 2014 comienzan el miércoles 5 de febrero con la charla
de Eric Téllez y Alfredo Romero, “Perspectivas
sobre la traducción de divulgación científica”, una versión
más amplia de lo que presentaron en octubre pasado en el XXII
Encuentro de Traductores, para quienes se quedaron, como nosotros,
con la curiosidad de escuchar más al respecto.
Con este
mensaje cerramos el año y hacemos un pequeño repliegue, pero nos
encontraremos otra vez en algún punto de enero, con un nuevo
despliegue de todas las energías acumuladas. Hay muchos temas que
quedaron abiertos y materiales que quedaron por enviar, pero ya se
retomará en enero: los comentarios sobre la convocatoria de Colofón,
lo que derivó de la pregunta sobre el premio Tomás Segovia, los
comentarios respecto de la ley de traductores y traducciones de
Argentina y muchas cosas más. Y para los que están en el Distrito
Federal, nos vemos en el Coloquio
de 17 o en Mutaciones
estéticas.
Pasen muy
bien este fin de año, sea con calor o frío, en familia o
solitarios, celebrando las fiestas o refunfuñando en su contra, y
que el catorce venga cargado de buenos proyectos y cosas para
compartir. Va con un abrazote para todos ustedes de parte de todos
nosotros,
Lucrecia
La Nebulosa del Cangrejo fotografiada por el Telescopio Espacial Hubble
http://www.spacetelescope.org/
El
primer año del Círculo de Traductores:
experiencias
y proyectos
Presentación
leída en el
XXII
Encuentro Internacional de Traductores Literarios
2 de
octubre de 2013
Marianela
Santoveña
Buenas
tardes. Antes que nada, quisiéramos –y hablo en plural, porque el
Círculo de Traductores somos varios o, mejor dicho, varias–,
quisiéramos agradecer el espacio que nos brinda el vigésimo segundo
Encuentro Internacional de Traductores Literarios para presentar las
andanzas, los reveses y las aventuras que, a un año de su creación,
forman parte de la historia del Círculo de Traductores.
De
lo primero que tendríamos que hablar, por supuesto, es de la
respuesta a una pregunta: ¿qué es el Círculo de Traductores?
Cuando respiró por vez primera, el Círculo fue una idea de Lucrecia
Orensanz. Lo que ella buscaba era una suerte de fuerza gravitacional,
algo que permitiera a todas las partículas de la traducción
(colegas, apoyos, noticias, instituciones, teorías, problemas
prácticos) aproximarse a un mismo punto. Esa fuerza gravitacional se
materializó bajo la forma de un blog y una lista de correos. En
aquel entonces (a finales de 2011 y principios de 2012) muchos de
nosotros empezamos a recibir misteriosos correos electrónicos que
nos informaban que allá afuera, en el mundo, la traducción se
manifestaba de forma insospechadamente prolífica. Curiosamente,
nosotros, que trabajamos con palabras, no somos muy dados a usarlas
para saber los unos de los otros. El Círculo buscaba cambiar esa
situación poniéndonos en contacto en el mundo virtual.
No
pasó mucho tiempo antes de que la lista de correos creciera.
Llegaban noticias de conferencias, apoyos y novedades editoriales. Y
entre los destinatarios de aquellas noticias nos encontrábamos
Claudia Cabrera, Nadxeli Yrízar y yo. Fue idea de Claudia tener una
reunión que trascendiera la esfera virtual. Esa reunión sería el
inicio de una serie de actividades del Círculo de Traductores. No
bastaba el blog, no bastaba el correo. Era preciso vernos cara a cara
y también era preciso regresar a la pregunta: ¿qué es el Círculo?
Durante poco más de un año, de agosto de 2012 a octubre de 2013, el
Círculo de Traductores ha sido un espacio de intercambio de ideas y
experiencias que se nutrió de otras iniciativas y que contó con el
apoyo desinteresado de varias personas. Francisco Pérez, de 17,
Instituto de Estudios Críticos, decidió respaldar este proyecto en
ciernes acompañándolo del sello de su institución. Teniendo en
mente las sesiones presenciales que realiza desde hace cinco años el
Club de Traductores Literarios de Buenos Aires –a cargo de Jorge
Fondebrider–, decidimos iniciar una serie de charlas en torno a
distintos aspectos de nuestro oficio. Así, junto con 17, buscamos la
colaboración del Centro Cultural de España en México, y su
directora, Ana Tomé, decidió ser nuestra anfitriona. El Círculo se
transformó entonces en un blog, una lista de correos y
una reunión mensual. Cada primer miércoles del mes, el Centro
Cultural España nos abría sus puertas para conocer a más
traductores y para conocer el mundo de la traducción. La primera
charla, que tuvo lugar el 1 de agosto de 2012, estuvo a cargo de
Arturo Vázquez Barrón (co-organizador por cierto, de este Encuentro
en el que estamos). El formato quería evadir la rigidez de la
academia. Por eso, pedíamos a los ponentes una exposición breve
para dar paso a la plática y el debate. Arturo se preguntó en aquel
entonces, en el título de su intervención, si ¿Es
posible y deseable apostarle al uso de un español neutro para la
literatura traducida?
No cualquier cosa... [ficha,
video] En
ese mismo marco, Luz María Santamaría nos habló de La
traducción peritada en México
[ficha,
video] y
Patricia Willson sobre el traductor como otro escritor de la
literatura nacional [video].
Pedro Hernández, de UNTI, compartió con nosotros una sesión sobre
el controvertido tema de la traducción de la Biblia a lenguas
indígenas [ficha].
La suerte quiso que en diciembre tuviéramos el placer de recibir a
Selma Ancira y de aprender sobre lo que ella llamó su Largo
camino del sentido al sonido
en sus traducciones del ruso [ficha,
video].
Vendrían después Luis Fernando Lara y Francisco Segovia para
hablarnos de El
diccionario integral y el diccionario de mexicanismos [ficha,
debate];
la Compañía de teatro Seña y Verbo, que nos contó sobre su
experiencia en la traducción de textos dramáticos a lengua de señas
mexicana (una charla maravillosa por sus momentos de elocuente
silencio) [ficha];
Sonia Bravo hizo varias reflexiones sobre cómo tendría que ser una
formación de traductores en posgrado [ficha,
video,
convocatoria
diplomado]; Humberto Pérez Mortera y Boris Schoemann nos
visitaron con el tema de La
traducción de textos teatrales [ficha];
y José Antonio Flores Farfán cambió nuestra perspectiva del
español mexicano abogando por una mayor diversidad [ficha].
Luego, Mauricio Barrera Paz iluminó un aspecto oscurísimo de
nuestra cotidianidad: Los
derechos de autor enfocados a la traducción [ficha];
y aún habría un bloque dedicado a las opciones de formación, con
Arturo Vázquez Barrón, Diego Guzmán Bourdelle-Cazals y Marcelo
Guinea presentando el Seminario de Jóvenes del IFAL [ficha,
convocatoria
diplomado, convocatoria
seminario]; otra vez Diego Guzmán Bourdelle-Cazals, esta vez
acompañado de Georganne Weller y presentando dos programas de
posgrado en traducción e interpretación (en la Universidad de
Ginebra y la Universidad Anáhuac) [ficha,
video,
convocatoria
ginebra, convocatoria
anáhuac]; y Danielle Zaslavsky, (otra de nuestras anfitrionas
en este Encuentro), con
La Maestría en Traducción de El Colegio de México
[ficha,
video,
convocatoria].
Este bloque sobre opciones formativas está aún por concluir, con la
presencia de María Andrea Giovine y Vania Galindo, que presentarán
los
programas del Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras de la UNAM
el próximo 9 de octubre [ficha,
video], y
Kathie Silver, junto con Roberto Frías y Pedro Serrano, que nos
hablará el miércoles 5 de noviembre sobre la ya legendaria estancia
en el Centro Banff [ficha,
video,
convocatoria].
Conforme
aparecieron traductores novatos y experimentados, técnicos y
literarios, aficionados y profesionales, jóvenes y no tan jóvenes,
nuestra sorpresa alimentó nuestro entusiasmo. Para inicios de 2013,
parecía no bastarnos el blog, ni la lista de correos y tampoco las
charlas. Queríamos hacer algo más para acceder al mundo de la
traducción en toda su riqueza y poder presentarlo ante otras
personas como tal. En otras palabras, palabras que usamos entre
nosotras, queríamos que la traducción –poco a poco, en un
esfuerzo del tamaño de una hormiga, e importante como su picadura–
dejara de ser una práctica alimenticia desinformada, pero también
un pasatiempo académico de eruditos. Intentamos caminar por la vía
del conocimiento compartido. Con el apoyo de la plataforma de 17,
Instituto de Estudios Críticos, impartimos dos talleres, uno sobre
los proyectos de traducción en el proceso editorial –que contó
con la muy afortunada presencia de varios editores y traductores
invitados, como Gerardo González de Aldus, Jan Cornelius Schulz de
Herder y Sara Schulz de Alias, así como Jill Anderson y Nin Solís–
y otro dedicado a un panorama de las teorías sobre traducción. Hubo
una gran respuesta. Le siguió un gran cansancio. La experiencia fue
fantástica. Y, sin embargo, a fin de cuentas, el Círculo no es una
escuela. Y tampoco un centro de conferencias.
¿Qué
es el Círculo de Traductores? El Círculo de Traductores es un grupo
de personas. No contamos con ningún tipo de financiamiento por parte
de instituciones académicas o culturales. Tampoco lo hemos buscado
y, por el momento, no pensamos hacerlo. Quienes han colaborado con
nosotras lo han hecho de manera solidaria, en el ánimo de compartir
su experiencia y su conocimiento. Y nosotras hemos trabajado con
entusiasmo en pos de ese punto gravitacional, ese espacio de
confluencia. Porque hay algo que une al blog con la lista de correos,
las charlas y los talleres: todos ellos se definen como un espacio de
participación; cada uno es, a su manera, una sección de cartas en
el periódico, una plaza pública para reunirse, una casa del
artesano donde los aprendices ya trabajan. Las corporaciones –en el
sentido medieval– eran esos lugares donde los más experimentados
transmitían su saber y los recién llegados tomaban por asalto lo
que en virtud de la costumbre parecía obvio. ¿Cómo es que hoy en
día no hay gremio para nuestro antiguo oficio? ¿Quién decide ahora
los criterios de pertenencia en el ámbito de la traducción: la
academia, el mercado, ambos bajo la guisa de la “eficiencia”?
¿Quiénes son los traductores y por qué son traductores? ¿Quién
sanciona su profesionalización y cómo? ¿Llegará un día en que el
peso de la experiencia se pierda en aras de un documento probatorio?
¿Por qué ante los traductores, ante nosotros, se abre la brecha
entre formación y profesionalización? ¿Y qué hay de la brecha
entre teoría y práctica? Son todas estas las interrogantes que nos
mueven. No es posible darles respuesta sin un espacio común, no
institucional, pero sí identificable, donde exponer y compartir todo
lo que se juega en la traducción. A decir verdad, nuestro oficio ha
contribuido a saberes tan diversos como la biología o el arte
contemporáneo, donde nociones como la adaptación, la asimilación o
la intermedialidad se emparentan con la traducción. Eso por no
hablar del desarrollo mismo de la cultura escrita y oral. Porque el
oficio de la traducción ocurre en las aulas y las editoriales, es
cierto, pero en tanto oficio
ocurre también en la calle cuando se escucha un modismo, en la
plática cuando se comparte el problema de “los intraducibles”,
en la lectura, en el cine, en los viajes, en el mundo, pues. Yo, que
provengo del ámbito de la filosofía, siempre me pregunto si acaso
un kazajo no habrá dado ya con la ontología propia para nuestra
época y nosotros estamos aquí, sin saberlo, esperando a que el
Instituto Cervantes abra sus oficinas en Kazajistán. De haber un
espacio común, estoy segura, ya habríamos dado con esa persona que
habla kazajo y español y es capaz de encontrar en ambos el sentido y
el sonido. El Círculo de Traductores hoy es un cruce de caminos. Ya
sea bajo la forma de charlas, en el espacio virtual o en el espacio
gremial, lo que buscamos es contribuir a pensar la traducción hacia
dentro y hacia fuera del oficio. Lo que nosotras hacemos es poner a
su disposición la sección de cartas, la plaza, una casa (siempre
distinta) del artesano. Todos están invitados a escribir, reunirse y
compartir saberes. Gracias.
La más remota galaxia espiral fotografiada por el Telescopio Espacial Hubble